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Cerrada oposición en Estonia a la introducción de reformas en la Constitución soviética

Pilar Bonet

Las modificaciones en la Constitución de la URSS, que deben ser aprobadas a fin de mes, han provocado una enconada y masiva oposición en la República Báltica Soviética de Estonia y han obligado a convocar una sesión extraordinaria del Soviet Supremo (Parlamento) loca el próximo 16 de noviembre. El rechazo a la reforma constitucional es justiricado en base a la fimitación de los derechos de las repúblicas federadas.

Los cambios constitucionales, que el Soviet Supremo de la URSS abordará el 29 de noviembre, son contemplados en Estonia como una limitación de los derechos soberanos de las repúblicas soviéticas reconocidos por la Constitución brezneviana de 1977.El Frente Popular de Estonia, una organización de masas que apoya el proceso de democratización preconizado desde Moscú, realiza actualmente una campaña contra los cambios constitucionales y, según fuentes estonianas, llevaba recogidas más de 30.000 firmas el viernes por la noche.

El filósofo y economista Egdar Saavisar, dirigente y cerebro del Frente Popular de Estonia, ha considerado que los cambios constitucionales y el proyecto de elecciones a diputados (otro texto legal que debe ser aprobado por el Soviet Supremo de la URSS) "reducen a cero la soberanía de las repúblicas y dan a los órganos centrales aun más poderes para limitar sustancialmente la democracia".

Las principales críticas formuladas a las nuevas disposiciones constitucionales se refieren a los poderes concedidos a los órganos centrales del Estado soviético en detrimento de los órganos de gestión local. El Presidium del Soviet Supremo de la URSS, por ejemplo, tendrá plenos poderes para declarar el estado de excepción o la ley marcial y otras disposiciones de emergencia en cualquier territorio de la URS S, incluidas las 15 repúblicas federadas y teóricamente soberanas.

Derecho a separarse

La actual Constitución soviética, en su artículo 72, garantiza a las repúblicas "el derecho a separarse libremente de la URSS". En la nueva Constitución, el Congreso de los Diputados Populares de, la Union Soviética, que estará formado por 2.250 miembros, toma las decisiones sobre las cuestiones territoriales, incluidos la formación de nuevas repúblicas y territorios autónomos en las 15 repúblicas federadas de la URSS y los cambios fronterizos tanto en el ámbito estatal como entre repúblicas federadas.El Presidium del Soviet Supremo de Estonia, reunido en Talin el 4 de noviembre, ha decidido unánimamente convocar el Soviet Supremo de Estonia en tanto que Bruno Saul, el primer ministro de la república, ha anunciado su dimisión.

El cese de Saul había sido uno de los objetivos de los sectores reformistas estonianos que, en vísperas de la XIX Conferencia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), lograron el relevo de Karl Vaino, el máximo dirigente del Partido Comunista de Estonia, por Vaino Valias. Este funcionario es un ex embajador soviético en Nicaragua, cuya imagen está más de acuerdo con la política reformista de Moscú.

Valias e Indre Toome, secretario del Comité Central del Partido Comunista de Estonia y responsable de ideología, han mantenido conversaciones con Mijail Gorbachov en Moscú esta semana, según manifestaron fuentes estonianas desde Talin. Toome, dijeron, tiene muchas posibilidades de sustituir a Saul al frente del Gobierno de la república báltica.

"Si se aprueban las modificaciones constitucionales tendremos menos derechos que en la Rusia zarista", manifestó una periodista de Talin, según la cual el Frente Popular no ha recibido aún respuesta al telegrama enviado a Mijail Gorbachov en contra de los cambios constitucionales.

El mensaje

El mensaje, publicado por la Prensa estoniana, consideraba que el proyecto constitucional no está en concordancia "con las aspiraciones de los ciudadanos de nuestra república". Asimismo, acusa al texto de ir en contra de las resoluciones de la XIX Conferencia del PCUS y propone retirar el proyecto de la discusión pública y excluirlo de la sesión del Soviet Supremo que debe sancionarlo.En la última sesión del Soviet Supremo de la URSS los parlamentarios de Estonía votaron en contra de dos polémicos decretos aprobados el pasado verano. El primero exige permiso previo para las manifestaciones y aumenta la penalización de las protestas ¡legales. El segundo amplía los poderes de las fuerzas de seguridad del Ministerio del Interior a costa de los poderes de los órganos locales.

Los estonianos exigen que las manifestaciones, mítines y actos en la calle sean regulados desde la misma república, de acuerdo con las propias tradiciones, y denuncian la impotencia a la que se condena a los órganos locales ante la actuación de las fuerzas del Ministerio del Interior subordinadas al poder central.

Los estonianos, que han sido los pioneros en la formación de frentes populares y propuestas de esquemas alternativos de gestión económica, han criticado a los ministerios e instituciones centrales soviéticas por su actitud respecto a la república.

De estas críticas no se ha librado el Ejército, que durante el congreso del Frente Popular de Estonia, a principios del pasado mes de octubre, fue increpado por no someterse a las autoridades locales y no compensar económicamente por los servicios y territorios que utiliza en la república.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.
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