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La central de Cofrentes resta importancia a la fuga de agua

Jesús Cruz, ingeniero de la central nuclear de Cofrentes, restó ayer importancia al incidente acaecido el pasado día 2 de septiembre, cuando se derramó parte de un tanque de agua como consecuencia de una manipulación errónea. Cruz señaló que el agua, que estaba provisionalmente en la terraza de la central, tenía baja actividad radiactiva. Otras fuentes han calificado el incidente como "grave".

El ingeniero de la central nuclear de Cofrentes consultado ayer por este periódico manifestó desconocer las irregularidades a las que se refería el comunicado emitido el pasado jueves por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que ha iniciado una investigación en tomo al incidente (ver EL PAÍS de ayer). El CSN señalaba también que el depósito que contenía el agua estaba situado en un lugar "claramente inadecuado".Jesús Cruz reconoció que "el depósito no debía estar ahí", pero señaló que se trataba de un almacenamiento provisional que fue decidido teniendo en cuenta que el agua era de baja actividad radiactiva. Cruz reafirmó la escasa importancia del incidente al señalar que la normativa vigente en EE UU hubiera permitido que ese agua fuera vertida al exterior, si bien la normativa española lo impide. Según Jesús Cruz, el incidente se produjo por una manipulación de las válvulas del depósito, que propició que el agua se vertiera a la terraza en la que se encontraba el tanque.

"Controlado en todo momento"

El ingeniero aseguré que el incidente fue "controlado en todo momento" y negó la posibilidad de que el agua llegara al exterior, debido a que, según dijo, la cantidad derramada fue muy escasa. Cruz reconoció que en caso de haberse producido una fuga de mayor calibre el agua sí que habría salido al exterior a través de la red de pluviales.

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Asimismo, desmintió que la central tratara de ocultar el incidente. "La central no realizó ninguna ocultación consciente de¡ suceso", dijo, aunque no supo explicar las razones por las que el inspector residente no recibió información del incidente hasta el 9 de septiembre. Cruz añadió que informó al CSN dentro del plazo marcado para incidentes de este tipo (30 días) y que si no lo hizo antes fue porque se prefirió esperar a dar una información completa. Hidroeléctrica Española asegura en una nota informativa emitida ayer que el incidente no ha afectado al normal funcionamiento de la planta, que "se ha mentenido al 100% de su potencia nominal", y que está respondiendo a los todos requerimientos formulados por el CSN.

Fuentes de los trabajadores de la central de Cofrentes, que prefieren mantener el anonimato, han manifestado que el incidente fue grave y que el agua derramada, que estuvo almacenada en la terraza durante "un año", era "altamente radiactiva". Dichas fuentes subrayaron que de no haber sido porque las tuberías de la red de pluviales estaban taponadas, el agua habría llegado al río Júcar, del que se abastece la red de agua potable de Valencia.

Los trabajadores de la central nuclear comentan que están sujetos a presiones por parte de la dirección, "para impedir que trasciendan los incidentes", que, aseguran, son muy frecuentes y ni siquiera son reflejados en los libros destinados a recogerlos.

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