Envoltorios y contenidos

La pasada semana debutó el buque escuela de la nueva programación musical de Televisión Española. Rockopop, en su género, vuelve a repetir, una vez más, los principios generales en los que se ha apoyado la línea de producción iniciada en la etapa Miró. La presencia del toque Miró viene determinada en este caso por la utilización de los máximos recursos expresivos posibles en manos de los creadores del programa. Rockopop cuenta con el apoyo de buenos efectos de tratamiento de imagen -lo que se conoce en la terminología televisiva como proceso de posproducción-, adecuadamente mezclados con la frescura que aporta la emisión en directo.

La realización y la escenograria, sin ningún elemento de originalidad ni en su diseño ni en su plasmación práctica, resulta al menos correcta. El plantel de presentadoras cumple con su función, aunque quizá existan demasiadas divergencias entre sus formas de entender el papel del presentador.

Ausencia de novedades

Frente a estos valores es necesario hacer mención a la ausencia de novedades en los planteamientos de base. Una nueva televisión debería esforzarse en buscar fórmulas expresivas diferentes a las convencionales. Un programa mejor no sólo debe incluir un envoltorio más brillante, sino también contenidos que aporten algún aroma renovador.El campo de la música pop trasladada a la imagen ha sufrido constantes cambios desde que Richard Lester inventara junto a los Beatles los primeros clips en sus películas. En la actualidad existen referentes significativos de este esfuerzo de búsqueda de nuevas fórmulas. Alguien en TVE debería echar un vistazo por ejemplo a Remote control, el concurso pop de moda en buena parte del mundo gracias a su emisión vía satélite en el MTV.

Rockopop tendrá que hacerse en las próximas semanas, resolver algunas incoherencias -como el extraño reparto de tiempos que se concede a cada uno de los discos que forman la lista- e intentar seleccionar con criterio la selección de los videoclips y de las actuaciones -el nuevo vídeo de Joaquín Sabina presentado como gran exclusiva hace siete días era un ejemplo único de perfecta conjunción de vulgaridad, mal gusto y torpeza de realización- El formato peca de convencional, pero sin duda tiene más consistencia que otros productos anteriores y conseguirá una buena recepción por parte del público infantil y juvenil.

De todas formas, Rockopop tiene un significativo mérito que los aficionados a la música nunca podrán dejar de agradecer. Ha sustituido a Número 1, uno de los programas más gansos que han existido en la historia de TVE.