El COI sobreseyó en Séul 88 un positivo de un jugador de baloncesto estadounidense

La delegación norteamericana neutralizó, durante la última semana de competición de los Juegos Olímpicos de Seúl, un caso de doping de su, jugador de baloncesto Stacey Augmon, que dio inicialmente positivo, aunque la comisión médica del COI aceptó posteriormente el argumento ofrecido por el doctor Don Catlin, jefe de la división clínica de la universidad de UCLA y responsable del laboratorio de Los Ángeles, reconocido por el COI. Un regatista del Principado de Mónaco también estuvo a punto de ser sancionado, pero su caso fue igualmente sobreseído.

El doctor Don Catlin argumentó que el índice de testosteronaepistestosterona del citado Augmon, que dio un nivel 7, cuando el máximo permitido es de 6, era normal en el cuerpo del jugador. La comisión médica aceptó su tesis porque, según fuentes de la misma consultadas por este periódico, Catlin hizo una exposición de alto rigor científico, que puede abrir un nuevo debate sobre el tema.El COI ha perseguido con gran rigurosidad los casos positivos de doping habidos durante los Juegos, ofreciendo siempre la posibilidad de defenderse a los implicados. Fuentes del comité organizador de los Juegos de Seúl (SLOOC) aseguraron a este periódico, el pasado sábado, que la delegación norteamericana consiguió defender con argumentos y pruebas solventes la inocencia de Augmon, cuyo caso quedó resuelto sin aparente conocimiento de los medios de comunicación. Entre otras cuestiones, el doctor Catlin logró demostrar que, en otros análisis efectuados a Augmon, su nivel era 7. La comisión médica del COI entiende que el nivel máximo permitido es de 6, aunque el nivel normal se considera que está entre 2 y 3. La Comisión Médica del COI es muy prudente a la hora de calificar como "positivos" los casos en los que tiene algunas dudas y, según algunos miembros, la exposición de Catlin, llamado expresamente al trámite de audiencia por el Comité Olímpico de Estados Unidos, planteó dudas sobre esta cuestión.Los expertos en el control antidoping del COI tuvieron, según ha podido saber este periódico de fuentes próximas al organismo olímpico, varias entre vistas en parecidos términos a la mantenida con los representantes norte americanos. Los británicos, por ejemplo, lograron levantar la más que probable sanción a su velocista Linford Christie, acusado de dar positivo con indicios de efedrina, producida, según el atleta, por gingseng chino. Los representantes del Principado de Mónaco evitaron que fuera sancionado uno de sus regatistas al explicar que, careciendo de médico en la expedición, el atleta decidió tomar un medicamento similar a la couldina, de escasos efectos estimulantes, para combatir un resfriado.Fuentes próximas a la Comisión Médica del COI mostraron, el pasado domingo, su sorpresa por la escasa eficacia de los responsables de la delegación española en Seúl a la hora de defender o justificar los casos de doping de Jorge Quesada, pentatleta de 27 años, y Fernando Mariaca, participante en la categoría de 67,5 kilos de halterofilia. Dichas fuentes señalaron que "Mariaca tenía posibilidades de librarse de la sanción, pero la delegación española no supo estructurar una correcta defensa del deportista". Al reconocer que el medicamento ingerido por Mariaca había sido recetado por el médico de la federación, no sólo aumentó la culpabilidad del atleta, sino que facilitó al COI la publicación de una nota en la que pedían al Comité Olímpico Español (COE) que controlase a sus médicos.