Fraga pronuncia un discurso en Covadonga, pese a la advertencia en contra del arzobispo de Oviedo
El eurodiputado de AP Manuel Fraga Iribarne pronunció ayer un discurso en Covadonga, pese a las indicaciones en contra del arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, quien advirtió que el acto podía "politizarse, en un lugar en el que ningún grupo tiene por qué buscar apoyo para nada". Fraga hizo una ofrenda floral a la santina, acompañada de una alocución a la Virgen, que provocó una "contrariedad impresionante" al abad de Covadonga, Manuel Antonio Díaz, puesto que supone "una desobediencia a lo que les había advertido" el arzobispo de Oviedo.
El abad del santuario manifestó anoche su "malestar" por la intervención de Manuel Fraga en el. acto celebrado en la gruta de Covadonga al mediodía de ayer, al que asistieron entre 7.000 y 8.000 personas. Días antes el arzobispo de Oviedo había advertido al presidente de AP en Asturias que el acto no debía "politizarse". En el futuro "se intentará que no se produzcan este tipo de actos porque Covadonga es un lugar de oración recogimiento y peregrinaje", dijo el abad.Al acto estaba prevista también la asistencia de Antonio Hernández Mancha, que no pudo llegar a Asturias hasta las 14.30 y se sumó a una comida organizada en Cangas de Onís, cerca del santuario.
El presidente de Alianza Popular en Asturias, Isidro Fernández Posada, reconoció anoche a EL PAÍS que efectivamente el arzobispo le había comentado días atrás que "no se politizase el acto y creo que no se ha politizado". Fernández Posada rechazó las declaraciones del abad. "Sólo estuvimos siete minutos en la gruta y no hubo ningún incidente ni nada", dijo. Posada añadió que incluso habían recibido "abrazos de los canónigos y del sacristán de la gruta".
La intervención que dio origen al conflicto la pronunció Manuel Fraga con motivo de un encuentro de amigos promovido por las fundaciones Hans Seidel y Cánovas del Castillo presididas ambas por el político conservador.
Fraga, a quien acompañaba Gerardo Fernández Albor y el presidente de AP en Asturias y senador Isidro Fernández Rozada, asistió primero a misa en la basílica. El abad declaró a EL PAÍS: "Cuando entró en el templo, antes de que empezase el acto litúrgico, escuchó una ovación atronadora que no sé si recibirá el Papa cuando venga el año que viene".
Después de la misa, el ex dirigente de AP pronunció una ofrenda en la gruta donde se encuentra la Virgen de Covadonga. Como en la cueva caben pocas personas, las palabras del político fueron seguidas por la megafonía, que se averió, por miles de asistentes que se congregaron en la explanada del santuario. La avería de los altavoces fue casual, según aseguró el abad, y no permitió seguir más que el comienzo y el final de la ofrenda de Fraga.
"Dolores de parto"
"Cara al año 2.000 el mundo se estremece con dolores de parto", dijo Fraga en su intervención, "como pocas veces está también falto de moral, de convicciones, de fortaleza íntima". "Las instituciones que han conservado y transmitido la tradición moral han sido atacadas en sus cimientos; la familia, la escuela, la iglesia, las costumbres y los buenos modos han sido ridiculizados; se ofrecen paraísos de falso bienestar que luego no se logran en la realidad". Más adelante Fraga dijo: "No pretendemos hablar en nombre de Dios ni de su santa iglesia; sabemos de nuestra fragilidad. No intentamos tampoco dar fórmulas perfectas ni definitivas, dejemos a otros las utopías fáciles y las rectificaciones constantes"."Queremos contribuir a una vuelta general al sentido común, al realismo, al espíritu de mutua caridad frente al odio y la confrontación como sistema", concluyó el líder aliancista.
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