La fusión del Banesto y el Central se modifica con el nombramiento de Escámez como copresidente
Las bases de fusión de los bancos Central y Banesto aprobadas a mediados del pasado mes de junio, y que deberán ser aceptadas por las juntas de accionistas, han sido profundamente modificadas con la decisión de que Alfonso Escámez, presidente del Banco Central, sea durante tres años copresidente del nuevo banco fusionado, junto con Mario Conde. Las primitivas bases de acuerdo establecían que el poder en el banco sólo sería ejercido por Mario Conde en su función de presidente y consejero delegado de la entidad.
Las bases de fusión de los bancos Central y Banesto para constituir el Banco Español Central de Crédito establecían, como marco general de la operación, la valoración igual de los dos bancos y un esquema de poder que, en palabras del entonces subgobernador del banco de España Juan Antonio Ruiz de Alda, "dejaba muy claro que quien va a mandar en el nuevo banco es Mario Conde". Poco menos de tres meses después esta última claúsula, contestada desde el principio por el principal accionista del Banco Central -Cartera Central-, ha saltado por los aires al estudiar el consejo de administración del holding que actúa como gestor de las dos entidades, reunido ayer por tarde, la posibilidad de que Alfonso Escámez comparta el poder con Mario Conde.El cambio de actitud de lo que parecía inamovible apenas es explicado por las partes en litigio. Fuentes cercanas a Banesto señalaban el pasado jueves que la "decisión se ha tomado porque de otra manera no habría sido posible la fusión", dejando entrever que las presiones del Banco Central por conseguir una nueva redistribución del poder en el seno del nuevo banco habían sido muy fuertes en los dos meses transcurridos desde la aprobación de las bases de fusión por los consejos de administración.
Fuentes del Central trataban de quitar hierro a la decisión, al señalar que "se trataba de una petición de Mario Conde" y no hablaban en ningún momento de posibles presiones por su parte. Lo que parece cierto, según algunas fuentes consultadas, es que desde el mismo momento en que se alcanzó la tregua entre el Banco Central y su principal accionista, con la entrada en el consejo de administración del Central en la comisión ejecutiva y en la sociedad holding encargada de velar por la fusión de representantes de los Albertos, los problemas se trasladaron hacia la cúpula de los dos bancos.
Desde julio
La constitución de la sociedad holding se retrasó en algunos días porque ya en aquellos momentos, primeros días de julio, se planteó que había "un desequilibrio para el día después de aprobar la fusión" al concentrarse todo el poder en Mario Conde. La solución a este tema quedó pospuesta durante algún tiempo y el 11 de julio se creó la sociedad. En las semanas transcurridas desde entonces la cuestión estaba sobre la mesa pero nadie se atrevía a hacerla frente definitivamente. Al final se ha optado por una fórmula similar, también en este caso, a la del Bilbao y el Vizcaya de copresidencia durante tres años a partir de los cuales se supone que Escámez se retirará de las funciones ejecutivas y pasará a ocupar el puesto de presidente del consejo asesor.La nueva situación no satisface especialmente a los responsables del Banco de España, que tampoco se alegraron cuando se concretó en el caso del Bilbao y el Vizcaya, aunque reconocen que no pueden oponerse a ella y que puede despejar incertidumbres a corto plazo que, esperan, no represente problema alguno para la buena marcha de la gestión de la que está llamada a ser primera institución financiera española. "La fórmula de dos personas mandando en una institución es de compromiso", señalan en estas fuentes, "aunque pueda parecer que la tendencia en Europa es ésta". "En el fondo", señalan, "siempre manda uno de los dos, como en los grandes bancos alemanes de los que se ha sacado el modelo de copresidencia en el BECC.
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