El Pegolí
Entraron las barcas de pesca en el puerto de Denia a media tarde y mientras el sol se iba por los montes de Sagaria se celebró la subasta en el muelle. Entre cajas de salmonetes y gambas rayadas, que son los frutos supremos de este mar, Pepe el Pegolí, a la hora de pujar, impuso de nuevo su sabiduría. Este hombre de rostro afilado y palabra tajante es amo y señor de un famoso restaurante donde practica una cocina totalmente sincera, de una calidad excelsa, con lo que tiene a mano: pescado, marisco y arroz a banda; nada más. Pero en esta ocasión Pepe el Pegolí se había permitido un capricho soberano. Decidió por las buenas cerrar su establecimiento esa noche sin avisar a nadie para obsequiarnos a unos pocos amigos con un suqet de peix, que en Denla se llama llandeta, guiso de acendrada cultura marinera, y esa ceremonia se había iniciado en la lonja al atardecer, cuando Pepe el Pegolí se hizo con lo mejor del botín que traían las barcas de pesca.Había luna llena y un ligero mistral empujaba la mar contra el farallón que sirve de cimiento al restaurante. Sobre un lecho de patatas en rodajas, el insigne cocinero, con gestos sin apelación, dispuso en el recipiente un gran bogavante rodeado de cangrejos reales, rayas estrelladas, rapes, galeras, caballas, vieiras y aretes, añadió ajo y tomate, escanció una botella de cava, echó agua, azafrán y pan rallado con almendras, y en el momento preciso el caldo se puso a hervir y bajo el perfume que exhalaba todo comenzó a tener sentido: Dios, la naturalez.a y la historia. Entonces llegaron los amigos y la noche era templada. Durante la cena a puerta cerrada en El Pegolí pensé algunas cosas: el mundo se puede recomponer a partir de un suqet de peix, ni el pasado ni el futuro existen, la inmortal¡dad es ese instante perenne y feliz que liga una buena salsa. Testigos del acto fueron el escritor Vázquez Montalbán, el cantante Raimon, el mercantilista Goñi y el investigador Blanco, acompañados por el elenco femenino. Pepe el Pegolí se limitó a ser como es. Un genio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.