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Fraga negocia alianzas en el centro derecha de Galicia

"El centro derecha en Galicia ya está en orden desde 1981, cuando demostró que era la fuerza más votada. Y no tengo nada más que decir". Manuel Fraga interrumpía así el pasado miércoles las preguntas de los informadores previas a la cena de amistad que el comité local de AP de Miño organiza desde hace 12 años "en horrienaje a la familia Fraga por su estancia veraniega en Perbes". El acto, cita tradicional para dirigentes y afiliados aliancistas de toda la provincia coruñesa, fue, este año, con la asistencia de 400 personas, entre ellas Fernández Albor y el presidente de la Diputación de Pontevedra, José Cuiña, una suerte de convención del partido conservador ante una distante convocatoria electoral en la que el candidato a la presidencia de la Xunta autonómica parece tener más seguro al electoirado que a sus propios aliados e incluso que algunos sbctores del partido, que callan su disgusto por la disciplina regional que impondría -e impone- Fraga en una organización caracterizada por las baronías provinciales.La habitual campaña vacacional de Fraga Iribarne se ha centrado este año en negociar con Victorino Núñez, presidente de la Diputación de Orense, y de Centristas de Galicia (CdeG), una formación exclusivamente provincial, coligada con AP. Victorino Nuñez, líder de la formación posiblemente mayoritaria en Orense, no aceptó la oferta de integración en AP.

Fraga tuvo también que suavizar los roces entre la cúpula coruflesa de su partido y Coalición Progresista Galega (CPG), siglas que agruparon coyunturalmente al PDP con Coalición Galega y el Partido Liberal para las pasadas elecciones municipales y consiguió más de un tercio de los ayuntamientos de la provincia. Manuel Fraga se reunió el pasado lunes con el ex presidente gallego del PDP, Enrique Marfany, para evitar que la CPG, que había aupado a la presidencia de la diputación coruñesa al aliancista Romay Beccaría, a pesar de que la fuerza más votada fue el PSOE, llevase a término las conversaciones ya iniciadas para una moción de censura en la corporación provincial.

"Robaperas"

La reunión Fraga-Marfany paralizó el cambio al frente de la diputación, pero también la estrategia de Romay para ampliar el partido mediante al acoso a alcaldes y concejales de la CPG para que se integrasen en AP, sistema calificado por fuentes centristas como "robaperas". Los centristas no consiguieron, al menos de momento, su objetivo de ser la base en La Coruña de la extensión de CdeG al norte de la comunidad autónoma. Ellíder conservador sí logró hace días que el único diputado del PDP orensano se pasara a las filas de AP con 40 militantes.La popularidad de Fraga en su tierra natal no se corresponde con la representación de su partido en las instituciones. De los 34 escaños con que contaba Coalición Popular en el Parlamento autonómico ya antes de la esc¡sión de Barreiro, siete pertenecían al PDP, dos al PL y uno a CdeG. A pesar de lo que los aliancistas consideran ahora "generosidad" en la confección de las listas, en las últimas elecciones municipales a la provincia de Pontevedra, candidaturas independientes asimilables a Barreiro, entonces sin partido, conseguían siete alcaldías, y es público que algunas de las 37 obtenidas por AP están ocupadas por regidores considerados barreiristas que esperaron en el seno de AP a que la situación se clarificase.

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