La solución consiste en esperar
Las bolsas españolas se han unido a la tensa tranquilidad de los mercados internacionales en una sesión en la que la actividad ha sido muy baja y la indecisión alta. Los sondeos han estado a la orden del día y nadie parecía querer comprometer su actuación sin consultar primero con el cliente. Las posiciones de papel o de dinero venían a ser prácticamente testimoniales, con lo que al final nadie sabía con exactitud dónde estaban los limites de una y otra postura. El resultado ha sido una sesión casi equilibrada que posterga las posibles soluciones hasta la publicación, la semana próxima de importantes datos económicos.La actividad en los corros estuvo muy limitada a lo largo de toda la mañana, pues el papel se replegaba en cuanto su actuación empezaba a influir demasiado sobre los precios. La ausencia de dinero era la que obligaba a esa postura, sin que a última hora hubieran variado estas pautas de comportamiento y el cierre aportara alguna solución. Los sectores industriales y de servicios consiguieron una serie de resultados equilibrados que a veces tenían detrás la subida en un único valor -como fue el caso de electricidad y alimentación-, lo que mantenía al mercado en un equilibrio casi perfecto cuando faltaban los resultados del sector bancario.
Curiosamente, este sector no se unió al intento global de generación de tranquilidad, a pesar de que el volumen de papel puesto a la venta era menor que el de los días anteriores. También el dinero limitó su presencia en el corro bancario, lo que explica en parte los retrocesos que sufrieron todos los títulos bancarios que tienen algún peso en el índice general.
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