Nueve muertos y 65 heridos al volcar un autocar en la autopista A-2 en, la provincia de Tarragona
Nueve personas resultaron muertas y 65 heridas en un accidente de tráfico ocurrido a las 13.45 de ayer al volear el autocar en el que viajaban, en el kilómetro 212,5 de la autopista A-2, en el término municipal de Banyeres del Penedés (Tarragona). Según la primera versión de los hechos, facilitada por el conseller de Gobernación de la Generalitat, Josep Gomis, que se desplazó en helicóptero al lugar del accidente, el autocar, en el que iban 75 pasajeros, invadió el arcén y colisionó con un camión grúa estacionado que atendía a un vehículo averiado. El autobús volcó y se estrelló en la cuneta, arrastrando a la grúa en su caída por el talud.
En el momento de producirse la colisión con el camión-grúa, el conductor de este vehículo atendía a un automóvil averiado en el otro lado de la autopista, en el arcén de los carriles de circulación en sentido norte.El conductor del autocar, Ovidio Bustos Ferreiro, salió despedido por el parabrisas, tras la colisión con el camión-grúa.
El autocar siniestrado, marca Fiat y matrícula B-9397-GS, pertenecía desde hace dos años a la empresa Transfer, SA, que, al parecer, se dedica al transporte de viajeros desde Barcelona a Andalucía.
Algunos folletos publicitarios encontrados entre los restos del vehículo anunciaban viajes entre las localidades de Badalona (Barcelona) y Sevilla, itinerario que era el que cubría el autocar. Otras fuentes señalaron que el autobús tenía programadas las paradas en Tarragona, Valencia, Villarrobledo, Córdoba y Sevilla.
La Jefatura de Tráfico de Tarragona anunció la apertura de una investigación para determinar si el vehículo reunía las condiciones de seguridad necesarias y si la empresa Transfer, SA, organizaba líneas regulares o, por el contrario, se trataba de viajes esporádicos. Las nueve personas fallecidas son seis mujeres, un hombre y dos niños, según fuentes del Gobierno Civil.
Un bombero de la Generalitat relataba en el lugar del accidente que uno de los pasajeros que resultó con heridas leves comentó antes de ser evacuado: "Todo fue muy rápido: oí el ruido de un gran golpe y sentí una sacudida enorme; no recuerdo nada más".
Guardias civiles, bomberos, miembros de la Cruz Roja se mezclaban entre un autobús que tenía un aspecto de terror. Las ruedas miraban hacia el cielo y los apoyacabezas de los asientos miraban hacia el suelo. Las tareas de rescate se realizaron ante la mirada de los curiosos que acudieron al lugar del accidente desde localidades cercanas y se instalaron junto a la autopista, fuera de los límites de seguridad.
"Tranquilo, chaval"
Uno de los dos niños fallecidos, atrapado aún con vida entre el amasijo de hierros en que quedó convertida buena parte del vehículo, recibía palabras de aliento de un guardia civil: "Tranquilo, que ya mismo te sacamos de ahí", intentaba consolarle el agente desde el exterior, a la espera de que el equipo de rescate: pudiera llegar hasta el pequeño y extraerlo del autocar. Un teniente de la Guardia Civil recordaba la trágica escena: ',Pobre criaturita, se murió así, mientras el guardia le hablaba".
Los trabajos de rescate se prolongaron durante tres horas. Tres pesadas grúas elevaban los restos de la carrocería mientras bomberos, guardias y miembros de la Cruz Roja intentaban extraer del interior los cuerpos, para lo que fue necesario cortar el armazón del autocar.
El jefe Provincial de tráfico, Eduardo Quijano, manifestó que le habían llegado comentarios de que el conductor había parado el autobús en tres ocasiones antes de salir del área metroplitana. Quijano añadió que no se le practicó la prueba de la alcoholemia, ya que está hospitalizado.
Entre los equipajes y objetos esparcidos en la cuneta, había, muy cerca del autobús, varias cartas de un juego de naipes y un radiocasete de grandes dimensiones con el interruptor de play todavía conectado. En su interior, una cinta del grupo Los Chichos, puesta por la cara de la canción Quiero ser libre.
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