Desconfianza y poca actividad
Los mercados de valores han entrado de lleno en la dinámica veraniega en lo que a inactividad se refiere, aunque la presente coyuntura tiene un origen y, presumiblemente, una resolución. La ausencia de posiciones compradoras viene de atrás y está directamente relacionada con el nivel de las cotizaciones y con la falta de expectativas concretas a corto y medio plazo, y es esta falta de alternativas la que comienza a preocupar a los seguidores de la renta variable, sobre todo porque algunos gurús han comenzado a recomendar el trasvase de fondos hacia otros mercados, en concreto los metales preciosos.Al margen de que el inversor de a pie acepte el cambio de mercado, algo bastante complejo, hay que tener en cuenta los movimientos dentro del patio de operaciones, que hasta ahora se han dedicado más a la retirada que a la toma de posiciones. Esta vuelta a la actividad se dio con una ausencia total de compradores, lo que produjo una serie de goteos que se cortaron con la llegada de los valores químicos y de construcción, algo más entonados pero igualmente faltos de orientación. La debilidad de la bolsa norteamericana se tuvo en cuenta en todo momento, pues parece que aquel mercado es uno de los pocos factores que aún ponderan a la hora de decidir.
Las recomendaciones de algunos brokers internacionales a sus clientes sobre la conveniencia de diversificar el riesgo sacando fondos de la renta variable, fueron el comentario de la mayoría de los corros y la justificación de esta nueva ausencia de dinero. Las posiciones al cierre mantenían las constantes de una sesión que va a acercarse al nivel mínimo de contratación del año.
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