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El 'método Rocard'

Han ganado. Triunfo, en primer lugar, para Michel Rocard y su negociador, Christian Blanc, que, siete semanas después de la tragedia de Ouvéa, han reunido en la misma mesa a los protagonistas de lo que podía convertirse en una irreductible guerra civil.Triunfo también para Jacques Lafleur y Jean-Marie Tjibaou, que, según el primer ministro, "no han abandonado nada, sino que han dado y perdonado mucho" para llegar al acuerdo del domingo por la mañana y para ser reconocidos como los interlocutores y acompañantes indisociables del futuro caledonio.

Ambas partes viven con ideas sencillas, léase simplistas. El campo lealista reivindica la "legalidad republicana" -un hombre, un voto, y los abstencionistas nunca tienen razón-, que, de una elección a otra, ha asentado su poder, confirmado por el referéndum del 13 de septiembre de 1987, en el que un 98,3% de votantes -el 59,1% de los electores- se pronunciaba por mantenerse en el seno de la República.

El movimiento independentista canaco, que ha pagado con sangre llegar a ser interlocutor de pleno derecho, identifica el futuro y -la identidad del pueblo que encarna al pleno ejercicio de la soberanía sobre su territorio.

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Triunfo del método Rocard, el resultado también es un reto considerable, con su parte de riesgo. Pero si ese desafío a la inteligencia y el valor no garantiza el futuro, es en honor de los que han llegado al acuerdo.

27 de junio

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