El congreso de EE permite la existencia de corrientes internas en el partido
El III Congreso de Euskadiko Ezkerra (EE) aprobó ayer, con algunos retoques, la ponencia de organización que plantea la institucionalización de las corrientes internas y la imposibilidad de que ninguno de los dos sexos cuente en los órganos de decisión del partido con una representación superior al 75%. El congreso, que se celebra en San Sebastián con la participación de unos 700 delegados y un centenar de invitados, concluye hoy.
Otras de las propuestas aceptadas son el reparto del trabajo existente como única forma de alcanzar el pleno empleo y la concertación de un nuevo contrato laboral que implique la democratización de la empresa.La ponencia en la que se diseña el proyecto social de EE, basado en la solidaridad, la responsabilidad de los agentes sociales, la descentralilzación y la autonomia y la concertación social, ocupó buena parte de la jornada de ayer.
En su intervención, el diputado Jon Larrínaga afirmó que el conjunto de las transformaciones sociales que se están produciendo obligan a un cambio radical de actitudes y de culturas "que nos situan", dijo, "ante una nueva etapa histórica de ruptura con el modelo socialdemócrata en el que el Estado era el principal provedor de igualdad social". Larrínaga subrayó que si algo ha enseñado la crisis es que no habrá modelos ni recetas para salir de ella evitando generar nuevas desigualdades.
Euskadiko Ezkerra, un partido que no se reconoce en las divisiones clásicas de la izquierda, ha asumido de forma explícita en este congreso los valores del socialismo democrático e identificado el concepto de abertzalismo con el esfuerzo en la integración y articulación de los ciudadanos. Kepa Aulestia, hasta ahora secretario general de EE, deslindó ayer los términos de "socialismo democrático" y "socialdemocracia". "No admitimos", dijo, "las visiones reduccionistas que preteden asimilarnos con la socialdemocracia". "Primero" agregó, "porque la socialdemocracia responde a la referencia histórica de la posguerra en Europa y, segundo porque lo que caracteriza a la socialdemocracia es precisamente su negativa a cambiar la sociedad".
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