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Joan Quigley

La 'guerra de las estrellas' en el cielo de la Casa Blanca

Francisco G. Basterra

Joan Quigley, la astróloga cuyos consejos han permitido a Nancy Reagan actuar de copresidenta de Estados Unidos, decidiendo todos los movimientos del presidente, es una aristócrata de San Francisco, de unos 60 años, soltera, atractiva y muy discreta, apasionada por esta seudociencia desde la temprana edad de 15 años. Quién le iba a decir a Joan Quigley, hija de un abogado de Kansas que hizo dinero con hoteles, que su destino la llevaría a predecir el atentado contra Reagan y, consiguientemente, a controlar de hecho con sus predicciones la Casa Blanca.

El libro del ex jefe del gabinete del presidente Donald Regan, en el que éste afirma que Ronald Reagan no ha hecho nada en los últimos siete años y medio no aprobado antes por Quigley, ha colocado a esta dama de la mejor sociedad de San Francisco en el centro de la atención mundial. "Mi posición es muy extraña e incómoda", declaró ayer, asegurando que el presidente -lo ha leído en el cielo- superará esta tormenta."Reagan tiene mucho en común con otros grandes presidentes, como Abraham Lincoln y Franklin Roosevelt. Todos son acuario. Todos tienen una gran visión". Quigley, autora de tres libros sobre astrología, afirma que Reagan, que nació con la Luna en Tauro, "tenderá a aceptar solamente ideas que estén de acuerdo con su pensamiento preconcebido. Y, normalmente, ideas conservadoras".

Quigley, que cobra una cantidad no revelada a Nancy Reagan por las consultas, equipara la astrología con el diagnóstico médico. "Un horóscopo puede decir mucho más que horas de consulta en el diván de un psiquiatra".

"Yo aconsejo a los Reagan en qué fechas han que tener cuidado", explica Quigley, que admite que el presidente, basándose en sus recomendaciones, anunció en enero de 1984 que se presentaría a la reelección. Las dos de la tarde, como hora para firmar el tratado INF con Gorbachov, también fue sugerido por Quigley, que le dijo a Nancy que no acompañara a su marido a Reikiavik para su segunda cumbre con Gorbachov.

Nancy Reagan consulta con ella desde finales de los años setenta, cuando se la presentó un showman de la televisión llamado Merv Griffin. Normalmente habla con la adivina, a la que Donald Regan llama "la amiga", los fines de semana desde Camp David, residencia campestre de los presidentes.

Joan Quigley sólo se ha visto personalmente una vez con Ronald Reagan, en una cena a la que fue invitada en abril de 1985 en la Casa Blanca. "Conozco su horóscopo perfectamente, pero yo trato con Nancy", dijo ayer. Su pasión por la astrología, hasta llegar a tener como cliente al hombre más poderoso del mundo, nació cuando su madre, Zelda, la llevó, "en plan de broma", a consultar a una bruja de San Francisco, una escocesa. Joan tenía entonces 15 años. Posteriormente, después de graduarse en historia del arte, en la exclusiva universidad femenina de Vassar, Joan, ante el disgusto de su padre, decidió recoger oralmente los conocimientos de la astróloga escocesa, que tenía ya más de 80 años.

Pero Joan Quigley, aries, no siempre acierta. Para el pasado 5 de mayo predijo un gran terremoto en San Francisco. No previó que los pólipos intestinales de Reagan iban a ser cáncer, y el presidente se negó a retrasar su operación dos días, como demandaba Nancy por consejo de la astróloga.

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