Reforma del Rastro para hacerlo más cómodo
El Ayuntamiento ha emprendido una reforma del Rastro -después de numerosos proyectos frustrados- cuyo objetivo es hacer más cómodo y seguro este mercado tradicional. Para ello, el Rastro ha sido dividido en 10 sectores, en los que paulatinamente será reordenada la situación de los 3.500 puestos de venta para ir abriendo un camino central en la Ribera de Curtidores por el que puedan circular, los servicios de urgencia. Asimismo se abrirán caminos laterales en las aceras para un mejor tránsito de los visitantes.
La reforma prevista incluye también la regularización de la situación legal de los vendedores mediante el pago de tasas, que ahora no se cobran. (Muchos vendedores ocupan su espacio sin ningún documento acreditativo, simplemente por costumbre y tras lograr el respeto de los vendedores cercanos). El plan, iniciado hace dos semanas en uno de los sectores y con una duración prevista de 10 meses, se quiere realizar sin eliminar ningún puesto.La actuación realizada hasta ahora, en colaboración con los vendedores, ha consistido en abrir un pasillo de seis metros de ancho en el tramo de la Ribera de Curtidores comprendido entre la calle Fray Ceferino Rodríguez y la ronda de Toledo. Como consecuencia de ello, 80 puestos han tenido que trasladarse provisionalmente de la calzada a las aceras del mismo sector hasta que el día 13 se divida el espacio comercial en módulos de un metro cuadrado que serán pintados en el suelo antes de adjudicarlos a los interesados. La reforma de este sector obligará a reducir él espacio ocupado por 41 puestos que actualmente superan los cuatro metros cuadrados máximos permitidos.
"La obligación de fijar un espacio máximo por vendedor se considera fundamental para reordenar el Rastro sin que ello suponga la eliminación de puestos", informó Ginés Meléndez, presidente del distrito. La limitación deberá ser aún más estricta en la plaza de Casporro donde, ante el alto número de puestos, sólo se permitirán tres metros cuadrados por vendedor.
Los planes municipales, explicados esta misma semana a los representantes del mercado callejero, consisten en regular la instalación de puestos en las calles transversales y distribuir los tenderetes de la Ribera de Curtidores en seis hileras separadas por tres pasillos. Este diseño permitirá no sólo circular a los servicios de urgencia (policía, ambulancias, bomberos ... ) sino que hará más cómodo el tránsito a pie por la zona.
De momento, y gracias a las medidas provisionales adoptadas, los domingos se colocan tres ambulancias: una delante de la comisaría de Policía de la Ribera de Curtidores, otra en la confluencia de ésta con San Cayetano y la tercera en la plaza del General Vara del Rey. Asimismo, se ha ubicado un puesto de mando policial en el edificio de la antigua junta de Arganzuela y se ha solicitado a la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor, un aumento de la dotación de Policía Nacional.
Paralelamente se han dado órdenes a los 90 policías municipales que vigilan la zona los domingos y festivos para que se ocupen preferentemente en vigilar las esquinas de la Ribera de Curtidores con otras calles.
El paso siguiente consistirá en la apertura, a partir del 1 de junio, de una oficina con horario ole 17 a 20 horas donde se regularizará, por sectores, la situación de los vendedores, de acuerdo con un calendario que finaliza en febrero de 1989. Para ello, la junta municipal aplicará un criterio según el cual a quienes soliciten puestos de uno o dos metros cuadrados sólo se les pedirá el pago de las tasas, en tanto que a quienes pretendan poner puestos de tres y cuatro metros cuadrados se les exigirá además estar dados de alta como autónomos. A medida que se regularice cada sector, la situación de cada tenderete será pintada definitivamente en el pavimento.
Las tasas vigentes van desde las 875 pesetas por metro cuadrado y mes (para puestos de menos de dos metros en una calle de tercera categoría) hasta las 2.833 pesetas por metro.
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