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El CAI perdió la oportunidad de ganar al Madrid

Luis Gómez

, Visto el resultado, todo parece razonable. Y el resultado no es, desde luego, una anécdota. Leido el partido de otra manera, sin embargo, el marcador final resulta menos razonable. Bastante hizo el Madrid con ganar ayer, pero vaya oportunidad la que perdió el CAI Zaragoza de haber hecho algo sonado. Al Madrid le salvó la acción a título meramente individual de Biriukov y Fernando Martín, quienes se responsabilizaron del 725,0 de los tantos de todo el equipo y eso a costa de una tarde especialmente efectiva de ambos. Biriukov hizo 38 tantos con un porcentaje personal del 82% Fernando Martín cumplió sus 29 con un 72%. Es decir, nunca mejor dicho que ambos salvaron la estabilidad del equipo.

Parece bastante evidente, al menos durante estas semanas, que los jugadores madridistas ni se flan de sí mismos, ni del juego que hacen; ni Lolo se fían de sus hombres, ni ellos de él. Cuando las cosas vienen mal dadas, como es el juego madridista de finales del mes de abril, nadie parece dispuesto a escuchar, ni quien habla está demasiado seguro de lo que dice o de que el mensaje llega a su destino. En el revuelo, cada cual hace lo que puede y eso es ayer lo que, en conjunto, hizo el Real Madrid: lo que pudo. O, mejor dicho, un par de elementos hicieron algo más de lo que suele ser normal. Eso le bastó al Madrid para vencer. Y puede darse por satisfecho.

Quien, por tanto, debe estar a estar horas haciendo actos de contrición y cumpliendo dolorosa penitencia -tabla de abdominales en la habitación del hotel, ayuno y abstinencia, golpes en el pecho y, efectivamente, una sesión de vídeo con la recopilación de varios capítulos del programa Los Aurones o, en su defecto, Últimas Preguntas es el CAI Zaragoza al completo. Pocas veces habrá tenido a todo un Real Madrid tan bien dispuesto para darle la mayoría de edad, sin ideas en ataque y con una vocación defensiva ciertamente desordenada, tanto que resultó un equipo propenso a las faltas -el otrora impoluto Branson cometió cuatro faltas en seis minutos-.

A poco de empezar el partido, Fernando Martín, quién lo iba a decir, eludió la responsabiIidad de su primer lanzamiento en una posición ventajosa; más tarde, Corbalán recriminó a Biriukov porque trataba de avasallar a uno de los colegiados físicamente, hecho realmente infrecuente en este deporte; luego, tres hombres lanzados al contraataque no supieron qué hacer con el último pase y, finalmente, todo el Real Madrid marcó 10 tantos en los 6 primeros minutos. Todos estos detalles denunciaban no sólo la intranquilidad que agobia a un conjunto, sino que delatan también desconexión en el juego colectivo y, desde luego, desconfianza individual. Era evidente que el Madrid estaba contra las cuerdas, pero de esos detalles quien pareció no darse cuenta fue precisamente el CAI Zaragoza. En el momento justo, cuando la situación reclamaba un decidido paso adelante, un resoplido, para empezar a sentenciar la marcha del partido (8-18 al minuto 5), el CAI aflojó. Se asustó; perdió balones infantiles y alivió la situación del Madrid.

Desde ese momento, el partido entró en una fase, larga pero no consecuente, de dominio madridista, en la que la aportación de dos jugadores resultó como un bálsamo reparador. Biriukov, por ejemplo, consiguió hasta ocho triples, Alexis ayudó en la primera parte (14 tantos) aunque desapareció en la segunda (3) y Fernando Martín sostuvo el peso del juego interior, motivado en la lucha contra Ortiz, y excesivamente brillante en algunas acciones. Martín ayer hizo algunas canastas increíbles, sobre todo en algunos ganchos de su marca, ejecutados con una decisión impropia de quien lleva dos meses inactivo. Pero, con todo, la lectura del partido fue desoladora: Entre Biriukov y Martín conseguían, en la segunda parte, el 76% de los tantos del Madrid. Y el Madrid, que creía tener el partido resuelto, sólo fue capaz de encestar 6 tantos en los últimos 7 minutos, período en el que el CAI hizo 12. Por tanto, el partido se resolvió de mala manera, porque la actuación individual de los dos citados revelaba falta de acción de conjunto y porque el CAI no pareció darse cuenta, a lo largo de los 40 minutos, que ayer era el día en el que podía soñar con ser finalista.

Y, ahora, todo esto es mera historia, forma parte del anecdotario de un primer choque de semifinales. Porque el segundo, mañana lunes y en el mismo escenario (19.30 horas) el público puede encontrarse con otra forma de producirse un desenlace. Por si acaso, no estaría de menos que los jugadores del Madrid, y Lolo Sainz principalmente, le pusieran una vela a Biriukov y a Fernando Martín. Tampoco, que el CAI hiciera propósito de enmienda.

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