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La ola de huelgas en Polonia, el mayor desafío al sistema desde la crisis de 1981

El movimiento de huelgas en Polonia se extendió ayer a nuevas secciones de la planta siderometalúrgica de Nowa Huta, en las cercanías de Cracovia, y a las compañías de transportes públicos de diversas ciudades del país. En las regiones industriales de Gdansk, Szczecin y Wroclaw se anunciaron ayer preparativos para nuevas huelgas. El movimiento de protesta, que se inició el lunes con una huelga de los transportes públicos de Bydgoszcz, es ya el mayor desafío al régimen desde la implantación de la ley marcial en diciembre de 1981.

La tensión en todo el país aumenta rápidamente y el Primero de Mayo amenaza con convertirse en el más conflictivo desde la crisis polaca de 1980. El líder del sindicato ilegal Solidaridad, Lech Walesa, hizo ayer un llamamiento a los polacos a "ejercer presión sobre las autoridades" para la aplicación de genuinas reformas políticas y económicas. El movimiento de protesta contra las subidas de precios aplicadas en febrero adquiere rápidamente características similares a las oleadas de huelgas de 1956, 1970 y 1980, que pronto se convirtieron en crisis políticas del régimen. Las autoridades polacas amenazaron ayer a los huelguistas, a través de la fiscalía, con poner fin a la huelga "por otros medios", mientras que en una declaración pública de la fiscalía se amenaza con penas de prisión para los organizadores de huelgas ilegales.

Los sindicatos oficiales -que en principio habían condenado la huelga, aun solicitando aumentos salariales- han anunciado que convocarán, por su parte, una huelga legal. En Nowa Huta, la empresa repartió formularios entre la plantilla para que los obreros declararan oficial e individualmente si están en huelga o no. La mayoría se negó a rellenar los formularios y el comité de huelga calificó esta iniciativa como "chantaje".

En otra planta siderúrgica del sur de Polonia, en Stalowa Wola, un comité del sindicato ¡legal Solidaridad ha convocado para hoy a una huelga si la dirección de la empresa no acepta de inmediato un fuerte incremento salarial. Las huelgas adquirieron ayer un cariz ya claramente político. Las ex¡gencias de los trabajadores no se limitan ya a un aumento salarial del 70% para la plantilla. Reivindican asimismo una subida salarial para los cerca de 12 millones de empleados en la economía estatal y la readmisión de compañeros sancionados por sus actividades en favor del sindicato Solidaridad.

Los dirigentes de la huelga de Nowa Huta fueron citados ayer por la fiscalía y el buró político el partido comunista (POUP) atacó las "exigencias de subidas salariales que no van parejas a alzas en la productividad".

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