Estado de hechizo

El recurso a veces fácil, pero siempre lícito, del punto de vista infantil marca la mirada en estado de hechizo de los muy adultos y fabulistas hermanos Taviani, Paolo y Vittorio, mirada dispuesta en 1981 para La noche de San Lorenzo.El recuerdo, distorsionado acaso por el capricho de la subjetividad, como todos los recuerdos, está teñido de magia y embellecido por la imagen de una azulada noche de San Lorenzo, una ventana abierta al calor de la oscuridad y una estrella fugaz clamando deseos. Al compás de ese emocionante destello celeste, los Taviani estructuran su cuento, hermoso y sincero, sentimental y ácido a un tiempo, frondoso y épico, arrancado de un lejano pasado, de ese momento de inocencia truncada por el acontecer histórico y ahora relajadamente revivido en la quietud. Una película de ensueño nacida de unos acontecimientos que marcan vidas, cuando no las sesgan definitivamente; naturalmente, hay también un eco nostálgico vibrando en los avernos de Paolo y Vittorio y en los del espectador sensible, ese que ha seguido una evolución compacta y meritoria en los cineastas, la que va de la rabia incontrolada al lirismo meditado y que de momento tiene sus últimas palabras de amor, homenaje y reconocimiento en Buenos días, Babilonia.

La noche de San Lorenzo se emite hoy a las 22.10 por TVE-2.