La Villa Olímpica enfrenta a las grandes constructoras con los promotores catalanes
La empresa Construcciones y Contratas, SA, de Madrid cuyos principales accionistas son Alberto Cortina y Alberto Alcocer -conocidos en el mundo financiero como los Albertos- es una de las grandes firmas que opta a construir, en colaboración con FOCSA, las 23% viviendas de la Villa Olímpica de Barcelona, en competencia directa con un pool de promotores urbanísticos catalanes. El interés de las constructoras ha abierto una dura pugna para adjudicarse el proyecto, valorado en 25.000 millones de pesetas, que Inicialmente se negociaba sólo con los promotores catalanes.
Además de Construcciones y Contratas, han manifestado su interés por la Villa Olímpica las empresas Dragados y Construcciones, Cubiertas y Mzov, Agromán y Ferrovial, según fuentes de la negociación.Inicialmente, la empresa municipal VOSA, cuyo consejero delegado es el ex presidente de Renfe Ramón Boixadós, estableció negociaciones únicamente con los promotores catalanes, a través de su asociación. Ésta creó una comisión de negociación en la que se integraron las principales promotoras de viviendas de Barcelona -La Llave de Oro, Núñez y Navarro, Confort, Hábitat y Metro-3-, quienes, tras varios meses de negociación, acaban de presentar a VOSA una propuesta concreta.
Pero mientras estas negociaciones se llevaban a cabo, las más importantes compañías constructoras de ámbito nacional hicieron llegar a los responsables del Comité Organizador Olímpico Barcelona 92 (COOB 92) su malestar porque la adjudicación de la Villa Olímpica se planteara como un coto cerrado para los promotores catalanes.
Estas críticas coincidieron, además, con un momento de tensión entre VOSA y los promotores, derivada de las reticencias que éstos planteaban a la hora de aceptar las exigencias municipales, especialmente la relativa al margen de beneficios de la operación. Fuentes del sector indicaron que los promotores iniciaron la negociación afirmando que con el proyecto de VOSA perderían dinero. VOSA, por el contrario, consideraba que la Villa Olímpica podía dar lugar a un beneficio legítimo, pero se oponía a que los promotores se aprovecharan de su situación privilegiada para obtener unas condiciones inaceptables.
Estas circunstancias motivaron un cambio de orientación y VOSA sugirió a las constructoras que presentaran propuestas, aunque no se convocaría ningún concurso público. Esta decisión ha abierto una dura pugna entre los promotores catalanes y las grandes empresas constructoras.
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