La izquierda conmemora en clave antigubernamental el 14º aniversario de la 'revolución de los claveles'
La izquierda portuguesa, 14 años después del golpe de Estado militar que acabó con la más antigua dictadura europea, procura dar un cariz claramente antigubernamental a las conmemoraciones del Día de la Libertad, aniversario de la revolución de los claveles. La decisión del partido socialista de asociarse oficialmente y por primera vez desde 1976 a la manifestación popular que culmina hoy en Lisboa el programa de las actos no oficiales del Veinticinco de Abril es un acontecimiento que irrita al primer ministro, el socialdemócrata Aníbal Cavaco Silva.
El sábado, en Coimbra, el jefe del Gobierno portugués denunció el "folclorismo político" de "ciertas personas que no aceptan las reglas de la democracia". Como hizo con ocasión de la huelga general del 28 de marzo, convocada por los sindicatos comunistas y socialistas, Cavaco Silva acusa ahora a los socialistas de juntarse en la calle con los seguidores del partido comunista de Alvaro Cunhal, y afirma que "la democracia portuguesa es sólida y no necesita este tipo de folclor ni de vanguardias supuestamente iluminadas".Una opinión radicalmente diferente es defendida por uno de los más destacados capitanes de abril, el teniente coronel Vasco Lourenço, presidente de la Asociación Veinticinco de Abril, que reúne a cerca de 2.000 oficiales del Ejército. Vasco Lourenço, que fue condenado el año pasado a cinco días de arresto militar por haber dicho en público, precisamente el 25 de abril, que estaría dispuesto a volver a tomar las armas para defender la democracia contra cualquier amenaza, acaba de pasar a la reserva y ha afirmado que parece no haber lugar en el actual Ejército portugués para los oficiales que lucharon por la libertad.
En sus primeras entrevistas como civil, Vasco Lourenço denunció el malestar en el Ejército, el revanchismo de la derecha militar y el divorcio entre las fuerzas armadas y el pueblo, manifestado, en su opinión, por la creciente hostilidad de los jóvenes hacia el servicio militar obligatorio.
Estas y otras muchas acusaciones surgirán también en las intervenciones de los diputados de la oposición en la sesión solemne del Parlamento de Lisboa presidida por Mario Soares. Muchos socialistas esperan que el presidente de la República se muestre en esta vez menos entusiasta con la cohabitación a la portuguesa y menos simpático hacia el Gobierno de Cavaco Silva que lo ha sido hasta ahora en todas sus declaraciones públicas.
La mayor parte de los lisboetas ha aprovechado el largo fin de semana para ir a las playas, pero muchos intelectuales y artistas no olvidaron a Otelo Saraiva de Carvalho, preso hace más de tres años y condenado a 20 años de prisión por terrorismo. En el penal de Tomar, el cerebro de la revolución fue visitado por muchos amigos, entre los cuales había una delegación de intelectuales españoles.
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