El musical, en mayúscula
En un viejo y admirable trabajo sobre Stanley Donen publicado por Dirigido por..., Miguel Marías, tras analizar a fondo todas y cada una de sus películas, con penetración y conocimiento, llegaba a Cantando bajo la lluvia -codirigida, no lo olvidemos, por su actor principal, Gene Kelly- con una irrevocable afirmación: "Ningún análisis de las estructuras visuales, rítmicas o musicales de Cantando bajo la lluvia podrá restituirnos ni siquiera un pálido reflejo de lo que es la película"."El musical", decía previa mente Marías, "es el cine más sensorial de todos, porque se disfruta más intensamente con todos los sentidos; por eso es el que más se resiste a ser desmontado". Cierto: no lo desmontemos. Reconozcamos, con el corazón en la mano y los pies prestos a aspaviento, que al lado de otro musical anterior del mismo tándem Donen-Kelly, Un día en Nueva York: al lado de Melodía de Broadway 1955, de Minnelli, al lado de media docena de títulos más -al gusto de cada uno-, Cantando bajo la lluvia es una de las indiscutibles pieza maestras del género alado por excelencia, el más alegre género el más dinámico, vital y feliz.
Cantando bajo la lluvia se emite por TVE-1 a las 22
35. El Ciclo Charles Chaplin, por TVE-2 a las 17.55
Una película, además, que es un homenaje al propio cine, al nacimiento del sonoro y a la invención rocambolesca del doblaje. Con números tan antológicos como el que da título a la obra como el Making laugh que cantay baila Donald O'Connor o como el onírico de Broadway, excelente ocasión para que piernas y talento de Cyd Charisse se luzcar sobre todas las piernas y talentos que en este mundo han sido. Mo numental gozada.
La rebeldía
Y también está Chaplin para redondear el gran día de cine de hoy. Antes de entrar de lleno, la próxima semana, en sus magistrales largometrajes, terminemos hoy el recorrido -muy bien seleccionado- por sus no menos magistrales cortos. Tres cortos: Vida de perro, Armas al hombro y El peregrino, donde brilla ya la capacidad de Chaplin para la parodia, la crítica social y la rebeldía, sin prescindir de las esencias del cine cómico puro ni de su tendencia a sentimentalismo.
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