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Crítica:CINE EN T. V. E.
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El esplendor de la Garbo

Panorama variado y, en general, no precisamente estimulante, el que hoy ofrece la programación de TVE. Empieza esta tarde con El cabezota, una curiosa y muy mal lanzada en su momento película de Francisco Lara Polop, que nos habla de la escolarización de todos los niños españoles de 1857, cuando Isabel II instituyó obligatoriamente la escuela pública. Y que se centra en un testarudo campesino viudo empeñado en que su hijo siga ayudándole en sus faenas del campo; poniéndose, por tanto, en contra de la ley. Un tema bastante atractivo, como puede verse, que Lara Polop sacrifica en aras de un sentimentalismo convencional. Con todo, un filme interesante.En Filmoteca TV, una película desconocida -y reciente: 1986 es el año que aparece en su ficha técnica-, obra china, El terror; al parecer, una tragedia urbana. Más tarde, Niñas, al salón, crónica burdelera y verdulera de la España de los años cuarenta, o cómo la metían los vencedores. Muchas medias negras y mucha Josele Román en esta crítica suave de nuestros vicios históricos, pero la palma se la llevan, en apariciones a menudo breves, muy breves, los machos José Luis López Vázquez, Paco Algora, José María Prada, Simón Andreu, José Sacristán... Niñas, al salón, claro está, parte de una obra de Fernando Vizcaíno Casas.

El cabezota se emite a las 16

05. El terror, a las 0.50. Niñas al salón, a las 4.25. La mujer ligera, a las 7.00. Todas, por TVE-1.

Lo mejor del menú, sin embargo, está a las siete y pico de la madrugada del domingo. Greta Garbo, dirigida por su fiel Clarence Brown y acompañada en el reparto de su pretendiente en la vida real, John Gilbert; es decir, el esplendor de la Garbo: La mujer ligera. Como en Romance o en El demonio y la carne, otras dos perlas de Brown con la divina -la segunda, emitida recientemente por TVE-, el cineasta se entrega exaltada y delirantemente a una loca historia de amores y frivolidades con elegancia, serenidad narrativa y notables resultados. Son de destacar también las secundarias composiciones de Lewis Stone y Douglas Fairbanks, hijo.

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