"Nadie se mojó nunca por mí"

JOSÉ DAMIÁN GONZÁLEZPregunta: Usted ha confesado que el pasado domingo vivió -e hizo vivir a los buenos aficionados al fútbol- un éxtasis en la ejecución del extraordinario gol de chilena que le marcó al Logroñés. ¿Qué pensó cuando vio el balón en la red?Respuesta. Que de haber tenido 34 años hubiese cogido el balón y me habría ido del estadio y del fútbol dejando esa página para la historia.

P. ¿Qué significado real le da a la lluvia de elogios poste riores? R. He sentido los elogios como una especie de alegría y satisfacción generalizada en el inundo del fútbol. Este gol ha servido para destapar todos los frascos que estaban cerrados un poco a presión.

P. ¿Aún veía frascos cerrados?

R. Sí. Unos porque no se altrevían a abrirlos, otros por que les interesaba no manifestarse claramente hacia mi calidad, e incluso otros porque pensaban que si se mojaban respecto a Hugo Sánchez podrían ser recriminados. Y una gran mayoría, como lo viene haciendo desde hace tiempo, con pleno reconocimiento. Personalmente, como dice un compadre padrino de mi hijo, ya me puedo morir tranquilo. Fue un rnomento de éxtasis. Primero el dibujo, cómo se fabricó la jugada; luego, el centro de Martín Vázquez, el remate, la plasticidad, la contundencia, la estira da del portero, cómo entraba e balón en el ángulo, la voltereta, alzar los brazos, mirar a la gente y ver cómo sacaban pañuelos y escuchar cómo el estadio Bernabéu era un clamor gritando "¡torero!".

P. ¿Como reaccionaron sus compañeros, los mismos que el pasado año dividieron sus opiniones cuando se planteó su marcha del Madrid?

R. Los compañeros no se dividieron por aquello, sino por el momento inoportuno en el que se filtró la noticia. Pero de eso no me gusta hablar más. Su reacción del domingo fue extraordinaria. Los profesionales son los que más pueden valorar estas cosas porque son -somos- unos artistas del balón. Me dijeron que había sido el no va más, que era el mejor, el número uno, y me dieron las gracias por dejarles ver un gol así.

P. ¿Por qué le ha molestado que Zubizarreta, el portero del Barcelona, dijera que el gol era bonito pero que se le había dado mucho bombo?

R. Hay gustos para todos. Pero si yo veo en la Prensa que de 100 personas que hablan del gol 99 dicen maravillas y sólo una pone pegas, ya me dirá. A lo peor, Zubizarreta está preocupado por algo.

P. ¿Le han perdonado sus deseos de marcharse?

R. No hubo nada que perdonar. La gente reaccionó y todo cambió cuando se pensó que podía marcharme. Lo dije, aun que no me quise ir nunca.

P. ¿Cómo dice?

R. Que sólo quería abrir los ojos. Me salió bien mi jugada y he observado desde entonces el cariño y el reconocimiento de la gente. Cuando uno no está es cuando te echan de menos.

P. ¿Por qué le costó tanto ganar ese cariño?

R. No me ha costado. Admirado e ídolo para la gente siempre lo he sido, aunque puede haber otros que lo son más que yo. Hugo ha tenido el mismo valor siempre, lo que ocurre es que no he sido apoyado nunca. Si hubiese sido argentino o brasileño habría sido distinto. Yo solo me ha ganado el reconocimiento y la valoración mundial, sin padrinos. Por ejemplo, Menotti es un entrenador cotizado en el fútbol y todo lo que dice se lee o escucha en todo el mundo. Y Menotti dijo que Maradona era el mejor, luego elogió a Martín Vázquez, más tarde a ese chico que está en el Sabadell, ¿como se llama?, sí, Zamora. Yo nunca he tenido un Menotti o un Di Stéfano que se mojara por mí. Ningún mexicano importante ha podido decir que Hugo es el mejor, lo más grande en el mundo futbolístico. Otros jugadores tienen hasta empresas de promoción.

P. Está de acuerdo con quienes piensan que en el Madrid, además de unión en la plantilla y calidad individual, hay dos chicos 10, Michel y usted?

R. Nunca me ha gustado entrar en valoraciones así, sólo puedo hablar de rentabilidad y regularidad. Eso es lo que vale en un equipo de fútbol, en una empresa, en un periódico, en todos lados. Y es fácil poner las cartas boca arriba y sacar números. Y la unidad se basa en el respeto de todos hacia el papel y la función de cada uno dentro del grupo. -

P. Está usted ya en la jerarquía de mando de la plantilla?

R. Las jerarquías y los liderazgos son los que se ven, no los que se intuyen. Dentro del equipo hay jugadores con un carácter y una personalidad que son seguidos por los demás compañeros. En el Madrid hay vanos y yo soy un líder.

P. ¿Es cierto que aunque tiene contrato por otras dos temporadas ha pactado con Mendoza la renovación por un año más, hasta 1991?

R. Sí, es cierto.

Porteros y porteras

P. ¿Por qué tiene mala fama entre los porteros?

R. ¿Entre los porteros o con algunos porteros?

P. Con varios.

R. Dígame nombres.

P. Pfaff, Ablanedo, Cedrún, Amador.

R. Hay porteros y porteras. Las porteras son las que largan con su boquita lo que no pudieron hablar dentro del campo. Están en las entradas poniendo a parir a todo el mundo quizá porque tienen frustraciones deportivas. Su mediocridad la expresan por la boca.

P. ¿Por qué no se atreve a presionar en los saques de puerta a Arconada?

R. Sí presiono a Arconada.

P. Menos que a otros.

R. Le presiono menos porque los partidos se desarrollan de distintas maneras, y lo hago cuando me interesa que se saque rápido y no muy bien.

P. ¿Sus artimañas las utiliza sólo como protección frente al juego violento?

R. No son artimañas. En la vida lo que hay es inteligencia y yo he sido más inteligente que los porteros y que algunos defensas. Cuando me quieren frenar deportivamente, les gano con deportividad, y cuando me quieren frenar antideportivamente salen perdiendo porque yo también entro fuerte.

P. ¿Le preocupa que se piense que en usted el orgullo se confunde con la vanidad?

R. ¿Quién lo confunde? ¿Quién dice eso? Yo no lo he escuchado, ni lo he leído, ni lo he sabido de nadie.

P. Son comentarios privados.

R. No los conozco y no puedo contestar a cuestiones que desconozco.