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A la luz de las ondas

Las llamadas telefónicas de los oyentes, base de la programación nocturna de la radio privada

Noche-noche. Tanto como las tres de la madrugada. A esas horas buscan compañía en el dial alrededor de 800.000 españoles (380.000 sintonizan la AM y 420.000 la FM entre las dos y las siete de la mañana, según el último sondeo del Estudio General de Medios). En el otro lado de la onda, alguien siempre dispuesto a hablar y escuchar. Nunca está triste ni abatido. O, por lo menos, no lo demuestra. Nunca pone mala cara. O, por lo menos, no se le ve. Pilar Matos (Inter), Elicio Dombriz (SER) y Rafael Ruiz (COPE) comparten la noche con miles de solitarios. Una radio que vive de las llamadas telefónicas.

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"Gracias por ser mi amigo"

El tono cálido de Elicio Dombriz tiene aspiraciones de poeta y aventurero, de larga y relajada conversación.Rafael Ruíz dice no engolar la voz, sólo quiere ser un amigo. "Si ,en este instante que me estás escuchando en la quietud de la noche no puedes dormir porque te sientes con la angustia encima, permíteme que me siente a tu lado, si estás en tu trabajo, o al borde de tu cama, y establezcamos un diálogo mudo".

El tono de Pilar: enérgico tan acostumbrado está a pasarse seis horas al día dando consejos a los oyentes. Atiende cada noche 60 llamadas y recibe más de 100 cartas diarias. "Sería falsa modestia si no dijera que tengo capacidad de comunicarme, que mi voz infunde confianza y credibilidad". La noche es de Pilar (emitido por Radio Intercontinental, Rueda Rato y Cadena Catalana, de 12 a 6 de la mañana, 11.000 oyentes en Madrid, a falta de datos globales) es un programa de servicios que busca soluciones a problemas relacionados casi siempre con trámites burocráticos. Pilar arremete contra la Administración, y editorializa sobre soledades e injusticias. Su programa comenzó en 1985 en RCE. Cuando Clara Isabel Francia subió a la dirección de esta emisora, cogió los bártulos y se instaló en la Inter.

"Lo que no podemos es dar trabajo, ni casa, ni dinero. En esos casos, el programa puede servir como mero intermediario. También hay gente que pide árnica cuando ya no hay remedio". Hace poco le llamó una apesadumbrada señora "para contarle, Pilar, la historia de un fracaso". El fracaso suyo era el de un televisor que había perdido por llevarlo a un taller de reparaciones... en 1983.

Entre los logros, Pilar escoge tres: paralizar un desahucio a un matrimonio de 70 años, obtener la indemnización para una señora que trabajaba en un circo y fue mordida por un mono y conseguir comprar con el dinero aportado por los oyentes una pierna ortopédica a un niño de 14 años. A cambio, un trabajo agotador de siete a siete y, lo reconoce, "cierto cansancio fisico y psíquico". También un carácter de ésos que dicen hay que saber llevar, para evitar días como el que Pilar, soltera y nacida en Barcelona, decidió prescindir de la mitad de sus colaboradores.

Solicitudes

El 15 de octubre del pasado año comenzaba a emitirse De la noche a la mañana (en la SER, de 3.15 a 7 de la mañana, 112.000 oyentes de dos a siete de la mañana, 12.000 en Madrid). "Me planteé si había alguien escuchando la radio a esa hora, y quiénes eran. Para saberlo, pedimos que nos llamaran solicitando música. Así descubríamos cuál era nuestra audiencia", cuenta Elicio Dombriz, conductor del programa, de 56 años, manchego, casado y con dos hijos. Descubrió que ahí están muchos estudiantes, amas de casa desveladas, prostitutas, muchos guardia-jurados, camareros de pubs que regresan a esa hora a casa, muchos panaderos y trabajadores de bingos, fareros. Jóvenes, buena parte, menores de 35 años. "Al principio me preguntaba ¿qué hacen que no escuchan la FM?". La gente le contesta que escucha el programa porque oye a personas normales, como ellos, contando cosas como las de ellos.No faltan quienes tienen vocación de mártir. "Si un día te llama alguien diciendo que es cojo, es fácil que a los cinco minutos llame otro ciego y cojo, y a los diez otro ciego, cojo y manco". La estructura del programa es sencilla y apenas requiere trabajo previo: una conversación de unos 15 minutos con quien llama y un disco, conversación y disco. De vez en cuando, una frase célebre y un poema. "No entiendo por qué la gente no duerme más. Yo siempre digo que cinco minutos de sueño es mucho más valioso que todo mi programa". Elicio pide a sus oyentes fotografias de sus hijos o nietos. En el álbum ya tiene un centenar.

"El 15 de octubre de 1987", cuenta Rafael Ruiz, "nos llamó desde Pamplona una señora para contarnos que acababa de dar a luz trillízos y que estaba sola en casa. Al final se descubrió que era todo mentira. La mujer estaba obsesionada porque había tenido un hijo y se le había muerto". Después de eso es normal que Rafael Ruiz, catalán criado en La Mancha, de 49 años, casado y con tres hijos, diga que siente cierta tensión todas las noches, porque nunca sabe lo que va a salir por el teléfono. "La audiencia de la noche está sensibilizada de una forma especial para comunicarse, porque casi todos sintonizan la radio por un problema de soledad. Se agarran a tu voz, y ahí les tienes, fieles". Fieles incluso en Nochebuena y Nochevieja, cuando el programa Juntos en la noche (COPE, de 3 a 6 de la mañana, 50.000 oyentes de dos a siete de la mañana, 15.000 en Madrid), que lleva ya cuatro años en antena, sigue recibiendo decenas de llamadas.

En la retahíla de llamadas para opinar sobre un tema concreto, siempre surge la anécdota. Esta noche, la señora que se ha apartado del teléfono y tarda en volver. "Es que he ido a poner el cassete para grabar la conversación contigo, Rafael".

Aunque ninguno de ellos reúne las audiencias millonarias de Luis del Olmo, Iñaki Gabilondo, José María García o Encarna Sánchez, todos inciden en la calidad de sus oyentes, especialmente permeables a los mensajes que reciben, lo cual pudiera hacer pensar en la evidente efectividad de la publicidad a esas horas. No es así. Los publicitarios tienen en mente la relación cuantitativa: es el tiempo con menor índice de audiencia.

Sin públicidad

Ni la SER ni la COPE cuentan con publicidad a esas horas (en el programa de Rafael Ruiz se anunciaba antes una marca de sábanas), lo que hace que los medios técnicos y humanos destinados a estos espacios sean muy reducidos (sólo dos personas por programa). La noche es de Pilar, por el contrario, responde a un convenio de la Inter con una agencia de publicidad para la explotación de ese tiempo de emisión. Es la propia agencia la que paga al equipo de Pilar (5 personas). A cambio, ella misma pone su convincente voz al servicio de las cuñas de una joyería o una empresa de seguridad.En el departamento de marketing de la SER explican que antes la programación nocturna estaba vinculada con anunciantes de productos para camioneros. Al cambiar los hábitos de estos trabajadores, que ya no viajan tanto por la noche, la radio de tres a seis de la mañana perdió sus tradicionales patrocinadores. Aún no se han encontrado otro tipo de clientes interesados en explotar la vena sensible de los solitarios despiertos.

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