El empresario Ramón Roca Boncompte estuvo secuestrado dos días en una mina
El industrial Ramón Roca Boncompte, director general de la empresa Ros Roca de Tàrrega (Lérida), que fue secuestrado el pasado jueves en Agramunt, donde tiene su residencia, pudo liberarse por sus propios medios el sábado por la tarde, aprovechando que sus secuestradores te habían dejado solo en el interior de una antigua mina de carbón próxima a la localidad zaragozana de Mequinenza. Mientras un hijo del empresario negaba ayer que los autores del hecho, probablemente delincuentes comunes, hubieran pedido un rescate, el Gobierno Civil de Lérida informó que la cifra solicitada era de 300 millones de pesetas.
El hijo mayor del industrial secuestrado, Ramón Roca, de 24 años, explicó ayer que su padre fue secuestrado el jueves, alrededor de las 11.30 de la mañana, a unos dos kilómetros de Agramunt, en la carretera comarcal C-240. Según su versión, Roca Boncompte, de 52 años, se encontró con varias señales de tráfico que le obligaban a reducir la velocidad por obras y, unos metros más adelante, una persona que portaba una señal de stop le hizo gestos con la mano para que se detuviera. "Cuando mi padre bajó la ventanilla para preguntar que pasaba fue encañonado con una pistola y obligado a introducirse en el maletero de su propio vehículo" relató el hijo mayor, que junto con su hermano Salvador, de 22 años hizo ayer de portavoz de la familia. El coche del industrial, un Peugeot 505, apareció abandonado al día siguiente en un camino vecinal, a unos cien metros de la carretera en la que fue secuestrado. Según la versión familiar, Roca Boncompte fue trasladado al maletero de otro vehículo, hasta que sobre las ocho de la tarde fue llevado a una antigua mina de carbón próxima a Mequinenza.La mina tiene una altura de 1,5 metros, por lo que la víctima debía permanecer agachado. El hijo reveló que su padre estuvo atado con una cadena de un metro de longitud y que los secuestradores, tras dejarle comida y agua, se marcharon.
El hijo de Ramón Roca sostiene que, posiblemente, los secuestradores pensaron que no podría moverse de la cueva si le dejaban atado y que por eseLa familia había recibido la primera Ramada de los secuestradores a las cinco de la tarde del jueves.
En la misma, los autores del hecho comunicaron que Roca estaba en su poder y advertían que no debía denunciarse el secuestro. El viernes se recibió una segunda llamada indicando que habían dejado una casete grabada en un lugar de la carretera N-II, cerca de Cervera. En la grabación, Roca Boncompte relataba que se encontraba bien.
En una tercera llamada, se comunicó a los familiares que cuando tuvieran el dinero colocaran una bandera roja en un lugar visible de la empresa Ros Roca de Tárrega, según informó el Gobierno Civil. Ros Roca se dedica a las construcciones mecánicas, tiene 275 empleados y factura más de 2.000 millones anuales.
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