Cajacanarias, 85; Joventut, 84
CARMELO MARTÍN, El Ram Joventut sufrió ayer algo más que una derrota sorprendente, al tratarse de un partido clave en la moral del equipo dirigido por Julbe. El resultado adverso y la lesión de Crespo en el minuto 10 (distensión de ligamento de la rodilla izquierda) le supone un jarro de agua fría ante el encuentro que deberá disputar el próximo miércoles contra el Limoges, en la final de la Recopa de Europa. Julbe no se explicaba ayer el desenlace del partido, ya que, según explicó, sus jugadores habían derrochado a lo largo de los 40 minutos suficiente esfuerzo y aplicación como para merecer la victoria. Sólo la bravura de los jugadores locales justifican, en su opinión, el marcador final. Pero Julbe anotó otro. factor decisivo. La dureza empleada por el Cajacanarias, que, según dijo, no fue frenada por los árbitros.
En el último minuto se decidió la partida. El Joventut agotó incomprensiblemente el tiempo de posesión del balón, permitiendo a Germán González resolver en los últimos 14 segundos por un solo punto de diferencia.
La victoria, que fue dedicada por los locales como homenaje a Francisco Medina, jugador junior del Cajacanarias de cuya muerte se cumplía ayer un año, rompe la racha de abultadas derrotas sufridas por el club lagunero frente al Ram Juventut en tres ocasiones anteriores durante esta temporada. Una vez más la vena loca que caracteriza al Cajacanarias hizo posible acabar ganando a pesar de haber perdido durante la mayor parte del partido. Fue a partir del minuto 12 de la segunda parte, en que Winslow empató para los locales, cuando la historia del partido cambió de guión y el protagonista pasó a ser el club canario.
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