Dos formas distintas de jugar bien al fútbol
Nórdicos rubios, altos y fuertes, vestidos de rojo y seguros de sí mismos juegan esta noche, en Múnich, frente a latinos vestidos de blanco, de físicos menos rotundos y últimamente algo vulnerables. No hay que preocuparse, porque en fútbol, muchas veces, Davides han podido con Goliates.El Real Madrid es un equipo que funciona por asociación de ingenios y que mejora con cada nuevo hervor porque es en la juventud donde encierra su riesgo.
El Bayern Múnich es un equipo fiable, como todo producto alemán, temible, como indican los antecedentes, y previsible, porque su fútbol es la resultante de empujes incansables y disciplinados, pero poco fantasiosos.
El contundente fútbol alemán supo aliar mejor que nadie la fuerza y la velocidad, y el Bayern es heredero prototípico de ese gusto por el combate frontal.
El nuevo Real Madrid desobedeció la furia que identificaba al fútbol español y pide sitio entre los grandes confiando en la frescura creativa de jugadores respaldados por una técnica impecable y la búsqueda cómplice por el buen gusto.
Hay mil maneras de jugar bien al fútbol; el Real y el Bayern representan apenas dos, indiscutiblemente triunfales, que suspiran sin disimulos por la Copa de Europa. El alemán es un conjunto adulto al que se le agota el tiempo para seguir intentándolo, y el español tiene muchos años por delante, pero quiere ese trofeo con la impaciencia de los jóvenes y porque sabe que no le alcanza con estar de moda para rivalizar con otras célebres cosechas de la casa.
La conducta deportiva del Real Madrid se ha humanizado desde su última y espectacular eliminatoria europea contra el FC Oporto, y de arrollador pasó a ser tratable.
Por el contrario, el Bayern infló su ánimo y recuperó energías en las vacaciones invernales, y de rival fácil creció hasta convertirse en el peligro de siempre. Ese peligro no se pudo franquear la temporada pasada, cuando el Bayern maltrató el bien acostumbrado orgullo blanco tras una eliminatoria trabada y conflictiva en donde la violencia fue protagonista de ida y vuelta. Aquella frustración. coloca al Real Madrid en inferioridad psicológica, pero no hay que preocuparse, porque, jugando al fútbol, estos Davides valen mucho.
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