Luis Solana renueva la mitad de la comisión directiva de Telefónica
La comisión directiva de Telefónica, que actúa como órgano de gobierno de la sociedad, ha quedado remodelada en un 50% tras la crisis abierta por su presidente, Luis Solana, que ha llevado al cese fulminante de su consejero delegado, Diego Martínez Boudes, así como de un director y el secretario general, tres piezas claves en el equipo directivo de la empresa semipública. Los relevos, explicados en términos de "cambio generacional" y de "optimización de la gestión", han tomado por sorpresa a los directivos cesantes.
La extrema discreción con que se han llevado a cabo los cambios ha sorprendido incluso a Diego Martínez Boudes, uno de los tradicionales hombres fuertes de la compañía, que cesa en sus funciones al desaparecer el cargo de consejero delegado.Una vez cerrada la nueva remodelación del equipo directivo de la sociedad, de la que se desconocen sus implicaciones últimas, quedan reemplazados tres de los seis integrantes del órgano ejecutivo de la empresa española de mayores ingresos. Con su remodelación, la dirección de Telefónica espera alcanzar una mayor operatividad al introducir un modelo de gestión menos disperso.
El nuevo equipo formado tras la enésima crisis abierta por Solana en el seno de Telefónica supone el fortalecimiento de la dirección general comercial, encabezada desde hace algunos meses por Enrique Used, así como de la de explotación, a la que ha accedido también, durante el año pasado, Germán Ramajo. Carlos Viada continúa en la dirección general de administración y finanzas, incorporándose al consejo de administración de la empresa. Javier Monzón ocupa una dirección general de nueva creación -de desarrollo corporativo-, encargándose también del grupo de participaciones, cuyo peso ha quedado considerablemente aligerado con la aplicación de la estrategia de holding circulante aplicada por la actual dirección de la empresa.
Heliodoro Alcaraz es ahora recuperado para hacerse cargo de la secretaría general del consejo de la empresa semipública. Alcaraz, uno de los hombres cercanos al presidente de la compañía, hubo de ser sacrificado tras el asunto de la Institución Telefónica de Previsión (ITP), la mutualidad de la empresa, que atravesaba por una situación de quiebra técnica.
Los cesantes -Diego Martínez Boudes, José Antonio Adell y Luis Terol- corresponden a la denominada vieja guardia, si bien perfectamente integrados en el equipo directivo de Telefónica durante los más de cuatro años de la etapa Solana.
La 'vieja guardia'
Martínez Boudes, que conserva excelentes relaciones con algunas de las multinacionales implicadas en negociaciones con Telefónica, como AT&T o Pacific Telesis, accedería a la presidencia de Telefónica Investigación y Desarrollo, de acuerdo con una de las posibilidades barajadas para concretar su salida dulce del equipo directivo de la sociedad.
Según las fuentes consultadas, uno de los factores desencadenantes de la crisis han sido las continuas fricciones surgidas entre Adell, responsable de la red, y los encargados del departamento comercial, Used, y de explotación, Germán Ramajo. Estos roces se habrían agravado a lo largo de los últimos meses, en los que la demanda de Telefónica ha registrado un crecimiento explosivo.
El incremento de la demanda habría presentado crecientes problemas en el seno de la empresa, al no poder ser atendido por las carencias en la planificación de la red. Telefónica cerró 1986 con una lista de espera de más de 400.000 líneas, cifra que se incrementó en 100.000 al término del año pasado.
Por otra parte, Sintel, la filial de instalaciones de Telefónica, ha adquirido el 25% de ETRA, el grupo de empresas presidido por José Balaguer, con actividades en las áreas de regulación de tráfico e instalaciones de alumbrado público.
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