El sector bancario quiere cambiar
La única capacidad de reacción de que son capaces los mercados de valores se reduce a aquellos sectores en los que la especulación tiene un papel relevante; esto es, a los grupos industriales, y no a todos sus componentes. Los pesos fuertes de este mercado viven sus propias aventuras, adaptándose lo mejor que pueden a un entorno hostil y, en ocasiones, dando unas respuestas demasiado clásicas. Los valores eléctricos dan por bueno el ajuste del nuevo nivel de los tipos de interés, sin que en sus corros se puedan repetir algunas subidas en falso como las de la jornada anterior, producto de una situación en la que el dinero se mostraba más activo. Telefónica aguanta bien en un nivel cómodo y los bancos necesitan desplegar todos sus recursos para intentar cambiar las cosas, aunque a veces no lo consiguen.Los intentos alcistas de la jornada anterior sólo han tenido alguna continuidad entre los valores industriales, los únicos capaces de dar algún juego en estas circunstancias. Las oscilaciones de los precios han vuelto a las distancias cortas, como resultado de la ausencia de movimientos importantes del dinero, al menos del dinero de fuera del parqué. Son los asistentes habituales los que siguen encargándose cada día de casar las operaciones en el corro; de ahí el grado de resistencia a la baja que viene mostrando el mercado en una situación en la que lo único destacable es la ausencia de expectativas.
Los dos millones largos de títulos de sociedades eléctricas que se negociaron en la sesión anterior no van a tener continuidad en esta última, aunque el esfuerzo realizado por el Banco de Bilbao, barriendo los saldos vendedores de acciones y derechos de suscripción, puede compensar de sobra esta carencia.
Las posiciones al cierre no indicaban nada en ese sentido, por lo que habrá que esperar a esta nueva sesión para ver si hay cambios.
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