La Reserva Federal 'recorta' las expectativas de crecimiento económico de EE UU para 1988, que sitúa entre el 2% y el 2,5%

La Reserva Federal de Estados Unidos anunció ayer sus cálculos de crecimiento de la economía norteamericana para este año, situándolo entre el 2% y el 2,5%, cifra bastante inferior al 3,5% que había anunciado previamente y al 3,8% fijado en 1987.En su informe semestral al Congreso, el banco central norteamericano señala también que el crecimiento de la inflación podría situarse entre el 3,25% y el 3,75%, después de haber crecido un 3% el año pasado. En cuanto al desempleo, calcula que a final de año se mantendrá en los niveles actuales, en torno al 5,8%.

Estas cifras estuvieron acompañadas de las declaraciones del jefe de la Reserva Federal, Allan Greenspan, ante el Congreso, indicando que se mantendrá el rumbo actual de la estrategia monetaria, dando a entender que los tipos de interés, por el momento, no caerían.

Al menos así lo interpretaron los inversores de la Bolsa de Nueva York que decidieron capitalizar los beneficios alcanzados tras varias sesiones al alza. A media sesión, esta actitud había provocado ligeras pérdidas.

Greenspan confirmó su convencimiento de que la economía norteamericana no entrará en recesión, mostrándose optimista también respecto a la balanza comercial y afirmando que los niveles actuales de cotización del dólar son idóneos.

Insistió, asímismo, que a pesar de las manifestaciones del jefe de los asesores económicos de la Casa Blanca, Sprinkle, la política monetaria acomodaticia que se sigue en la actualidad era la adecuada. Sprinkle se había mostrado en desacuerdo con la actitud de la Reserva Federal, por considerar que los tipos de interés que se mantienen son muy elevados.

Por su parte, la Bolsa de Tokio continuó con su particular ciclo alcista, según informa Shearson Lehman, subiendo por novena sesión consecutiva y negándose a realizar beneficios.

Esta fortaleza, según el ministro japonés de Finanzas, Mizayama, es consecuencia de las perspectivas de su economía y la estabilidad del tipo de cambio del yen respecto al dólar.