Blanca actúa hoy en el gigante, su prueba favorita
JUAN-JOSÉ FERNÁNDEZ ENVIADO ESPECIAL, Blanca Fernández Ochoa tiene hoy en el eslalon gigante su segunda y quizá mayor oportunidad de éxito olímpico. Aún le quedará el eslalom del viernes, pero un nuevo fallo, tras el que tuvo en el supergigante, comenzaría ya a teñir de fracaso una actuación de la que tanto se esperaba. El puesto 21º del lunes, aunque no fuesen la prueba ni el recorrido apropiados, fue demasiado pobre para las expectativas creadas por una atleta de la elite mundial y que decía venir en su mejor forma. Hoy estará en su modalidad preferida, figura entre las favoritas y el trazado parece adecuado para ella.
La esquiadora ha declarado que no le ha afectado el fracaso, pero la realidad es que se ha unido ya al desastre de la participación española en los Juegos. Javier Gómez Navarro, secretario de Estado para el Deporte, estaba el lunes en la meta de la estación de Nakiska, en el monte Allan, presenciando la llegada del supergigante y cuando Blanca hacía declaraciones, pero aún cruzaban la meta otros participantes, le comentó a un directivo de la Federación Española de Deportes de Invierno: "¿Va a quedar muy atrás, no?". "Bueno", le contestó el directivo, "va la 14, la han pasado las de la primera serie". "No", replicó Gómez Navarro, "la han pasado bastantes más después. Debe ir la 20 o así".La del lunes fue una carrera en la que dominaron claramente todas las especialistas de, descenso, prueba que no corre Blanca. Toda la inversión hispana sigue en manos de la esquiadora y hasta se ha empezado a especular con lo apropiado o no de haber llegado con el tiempo tan justo a los Juegos. La suiza María Walliser ha declarado que, sin entrenarse en la pista, era muy difícil hacer un buen resultado. La mayor razón, sin embargo, parece radicar en que Blanca pecó de optimista al pensar que con una buena forma, unos entrenamientos específicos de última hora en Estados Unidos y el recuerdo de tres buenas clasificaciones en la Copa de¡ Mundo esta temporada, bastaba.
En la prueba de hoy, al igual que ha ocurrido en toda la temporada, no existe ninguna esquiadora favorita. El gigante se disputa en dos mangas, y el recorrido es menos rápido y más complicado que el supergigante. Mientras en hombres, por ejemplo, el duelo de mañana entre Zurbriggen y Tomba casi excluye a los demás salvo una enorme sorpresa, en mujeres ni siquiera entre ocho se garantizaría una ganadora segura. Aparte de Blanca, entre las que menos extrañaría la victoria están las suizas Vreni Schneider, Michela Figini o Maria Walliser, las francesas Catterine Quiete y Carole Merle y la yugoslava Mateja Svet y la austriaca Anita Wachter, ya ganadora de la combinada. En cuanto a las otras dos españolas, tanto Ainhoa Ibarra, que no desentonó en el supergigante, como Eva Moga, que no lo corrió, en principio estarán en la salida.
Acusaciones polacas
El entrenador del equipo polaco de hockey sobre hielo, Leszek Lejczyk, acusé en una conferencia de Prensa, tras el control antidoping positivo de su jugador Jaroslaw Morawiecki, que todo ha sido una trampa y, que alguien mezcló en el agua bebida por su pupilo el producto detectado. Lejczyk añadió que se trataba de su mejor jugador, que es honrado y que no tiene sentido que tomara testosterona, la hormona que se ha demostrado tenía tras su análisis de orina. Morawiecki fue descalificado y a Polonia le quitaron los puntos y los goles (dos de ellos, precisamente del sancionado) del partido que ganó a Francia (6-2).
Por último, el Comité Organizador de Calgary (OCO), pese a las alabanzas de Samaranch, también tiene sus miserias. Primero fue un turbio asunto de tráfico de entradas, que llevó a la dimisión y a los tribunales a un alto encargado.
La alta de boletos por el público ha llevado hace pocos días a remover los cimientos de los patriarcas del COI) pues se querían poner a la venta las 1.500 entradas que tienen a su disposición sus miembros.
