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JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

Los participantes soviéticos, sospechosos de 'doparse' con transfusiones de sangre

A los pocos días del ataque que el Comité Olímpico Internacional (COI) emprendió contra el doping, vuelve a dar la impresión de que esa lucha siempre es tardía. La URSS, recientemente protagonista por un patinador, Nikoiai Guliaev, acusado de tráfico de drogas, vuelve a serio por sus contundentes triunfos en esquí de fondo. Se sospecha que sus atletas han practicado el doping de sangre.

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Este tipo de doping consiste en la inyección, por vía intravenosa, de glóbulos rojos oxigenados, o de compuestos sanguíneos que los contienen, para mejorar el riego de los músculos poco antes de las competiciones. Pueden ser del mismo atleta o de otros. Actualmente, aún no es comprobable, por lo que se sospecha su utilización generalizada.A finales del año pasado, sí se descubrió que el norteamericano Kerry Linch, medalla de plata en el Campeonato Mundial de la combinada nórdica (esquí de fondo y salto) en 1987, había utilizado una transfusión previa. Lynch reconoció los hechos y su error a fin de que sólo se le suspendiera hasta fin de año, pero la Federación Internacional de Esquí le sancionó hasta 1989. Lynch tuvo que devolver la medalla.

Con los soviéticos que sí han venido, en cambio, la URSS ha ganado las dos medallas de oro y plata en las dos pruebas disputadas de esquí de fondo: Ventsene y Smetanina, en los 10 kilómetros mujeres y Prokourorov y Smirnov, en los 30 de hombres. La primera, al menos, iba segunda de la Copa del Mundo, pero Smetanina y Smirnov eran sólo sextos, y Prokourorov, séptimo. En la prueba femenina no hubo tantas diferencias, pero en la masculina, con dos noruegos y tres italianos también por delante, los soviéticos sacaron más de tres minutos a los favoritos.

Las dudas sobre la utilización de métodos antideportivos en la URSS es ya moneda común por los casos detectados. Precisamente en Canadá, hace varios años, se descubrió con una maleta de productos anabolizantes a dos de los mejores halterófilos soviéticos, uno de ellos, el plusmaquista mundial Anatoli Pissarenko. Y sólo hace un mes, durante las pruebas de la Copa del Mundo de patinaje de velocidad celebradas en Innsbruck (Austria), el campeón mundial, Nikolai Guliaiev, dio otro paquete al noruego Bjorn Nyland para que se lo entregara a su compatriota Stein Krosby, en Oslo. Nyland, desconfiando de su contenido, lo abrió y se encontró con ocho envoltorios conteniendo cada uno 100 píldoras anabolizantes de Methandtostendolin.

La federación soviética exculpó a Guliaev, aunque le hizo una severa advertencia, y cargó toda la responsabilidad sobre el médico, Valery Smetanin, que fue destituido por una grave violación de la ética deportiva y médica.

El COI, pese a la petición de la federación noruega para que se suspendiera a "quien no puede ser miembro de la comunidad olímpica", exculpó a Guliaev y el patinador está en Calgary. Se señaló que tras un estudio profundo del asunto y tras haber consultado a juristas, se llegaba a la conclusión de que no había prueba alguna de infracción.

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