"Los tenistas son más importantes que el capitán"
Manuel Orantes reconoce que está obligado a ejercer un papel subordinado en la Copa Davis
Manuel Orantes, el capitán del equipo español de Copa Davis, ha tenido un comienzo de año tan nefasto que, cuando sólo estamos en el mes de febrero, el único objetivo que le queda, al margen de los Juegos Olímpicos de Seúl, es que España no descienda a Segunda División. La derrota ante Dinamarca por 3 a 2 el pasado fin de semana ha sido tan sorprendente como inesperada. Orantes defiende que él ya temía que se produjese una derrota. Al mismo tiempo, reconoce que, realmente, un capitán de Copa Davis tiene que estar subordinado a los tenistas.
Los planteamientos de Manuel Orantes han cambiado mucho desde que se hizo cargo del equipo de Copa Davis, hace ya tres temporadas. Entonces, cuando sustituyó a Manuel Santana, llegó arrasando. Anunció cambios, prometió acompañar a los jugadores en la mayoría de los torneos, y se mostró dispuesto a asumir la dirección técnica de todo el tenis español.Ahora es más comedido. Reconoce que, con la estructura del tenis actual, donde el jugador domina todos los resortes, el capitán de Copa Davis debe estar al servicio de los tenistas. Sólo acompaña, y de lejos, a los jugadores españoles en los torneos muy importantes, y defiende que la federación no le ha presentado propuestas para dirigir la formación de los más jóvenes. Orantes habla mucho, pero de su catarata de palabras siempre hay que rebuscar los mensajes que lanza.
Pregunta. La derrota ante Dinamarca ha provocado la sorpresa incluso entre la gente que no sigue habitualmente el tenis. Una semana después, ¿qué sensación tiene respecto a esa eliminatoria?
Respuesta. Me ha molestado que se hayan recuperado hábitos del pasado. Se ha llegado a decir que los jugadores ganan demasiado dinero y que ya no les apetece jugar la Copa Davis. Eso no es verdad, y la prueba de que están afectados son los malos resultados que han tenido en el torneo de Rotterdam. Hoy en día, si un jugador no quiere estar en la Copa Davis, sólo tiene que decirlo para que no sea seleccionado. Respecto a la eliminatoria ante Dinamarca, me siento tranquilo. Se hizo lo adecuado en la preparación, aunque yo ya temía una derrota, porque jugamos en una superficie muy rápida.
La pista de boltex
P. Usted ha centrado sus explicaciones en la superficie de boltex. ¿Acaso España no se beneficia de la tierra batida ante países donde no es habitual?R. Es algo muy distinto. En el circuito se juegan unos 20 torneos en pistas de tierra batida, y el que no se adapta a ellas es porque no quiere. En cambio, el boltex, la superficie más rápida que existe, no se usa en ningún torneo oficial. Por eso creo que la Federación Internacional debería prohibir su utilización en la Copa Davis.
P. Pero, ¿cómo puede perder España ante un equipo cuyo número uno es el 309 del mundo?
R. Si siempre se jugara a tenis sobre estas pistas, Tauson no sería el 309 del mundo. En el boltex, un jugador lo basa todo en el saque, y Tauson saca realmente bien. Además, la mentalidad en estas pistas es muy distinta. Tienes que concentrarte únicamente en tu saque, y esperar una oportunidad. Y eso al jugador español le cuesta mucho entenderlo.
P. Aún así, España fue semifinalista de la Copa Davis en 1987...
R. Sí, pero ni entonces éramos tan buenos, ni ahora tan malos. La Copa Davis es una cuestión de suerte. El año pasado no jugamos en pista rápida, y eso nos favoreció, Sinceramente, en pista rápida nuestra clasificación es ficticia. Somos un equipo normal, del montón, y eso no cambiará hasta que los jóvenes no crezcan más habituados a las superficies rápidas y no únicamente concentrados en la tierra batida.
P. Da la sensación, sin embargo, de que los jugadores españoles son especialistas en descubrir a desconocidos.
R. Eso ha sucedido siempre. El tenista español se siente especialmente presionado cuando juega la Copa Davis. Pero eso ya sucede en muchos países. Checoslovaquia perdió el año pasado con Israel, y la India, finalista en 1987, ha perdido en su casa, en la primera ronda, contra Yugoslavia.
P. En el tenis actual, el capitán de Copa Davis no parece tener un papel demasiado claro. Da la impresión de que el jugador es el que manda.
R. Reconozco que he tenido que rebajar mis pretensiones, y que no he podido poner en marcha el 100% de mis ideas. Sucede en todos los países. Antes los tenistas no tenían tantos, compromisos, sobre todo los jugadores de categoría. Cuando un jugador vive de otras cosas, no puedes exigirle que se dedique a la Copa Davis dos semanas antes de una eliminatoria. Por ejemplo, contra Brasil jugaremos en tierra, y nuestros tenistas estarán en plena campaña de pista rápida. Yo no puedo pedirles que lo dejen todo para volver a la tierra.
Los jugadores mandan
P. Si eso es así, debe ser muy difícil imponer una disciplina le equipo.R. El tenis es un deporte individual. Todo es muy diferente al fútbol o al baloncesto. Eso sería posible si la federación controlase a los jugadores, pero ahora se limita a contratarles para la Copa Davis. Y, tal como están las cosas, si los jugadores no están contentos con el capitán del equipo, lo más lógico es que éste se marche. Si Emilio Sánchez me dijese que no está de acuerdo con la forma en que yo dirijo al equipo, yo me iría. Los tenistas son más importantes que el capitán.
P. Entonces, usted no impone sus criterios.
R. Eso es imposible. Yo puedo opinar, exponer mis ideas. Pero ellos pueden hacerme caso o no. Puedo comentar una cosa, y ellos pueden contestarme: "Bueno, haremos lo que queramos". Pero también es cierto que yo me llevo muy bien con los jugadores españoles. Son muy buenos chicos, y suelen aceptar mis ideas.
P. Hay algunos que dicen que un capitán de Copa Davis sólo sirve para llevar la toalla y el agua...
R. Si eso fuese así, no contratarían como capitán a Santana o a mí. Ficharían a un camarero. Yo hago bastante más que eso.
P. ¿Influye usted realmente en un partido?
R. Depende del estado anímico del jugador. Sergio Casal se vuelca más. Le dices algo, y te contesta afirmativamente, ves que sigue tus consejos al pie de la letra. Emilio es más autosuficiente. Tiene más recursos. Pero, realmente, un capitán no gana los partidos, lo hacen los jugadores.
P. ¿Cuál es su mejor recuerdo como capitán?
R. El partido que Casal ganó a Becker. Sergio se estaba excitando demasiado con el griterio de la gente. Mi papel fue evitar que pensase, que no se bloquease en la pista. Fue un gran trabajo de compenetración del que me siento especialmente satisfecho.
P. ¿Y el peor?
R. Por ser el último, el partido que Emilio perdió ante Christiansen en la primera jornada contra Dinamarca. Yo veía que el barco se hundía, y que mi mensaje no llegaba al jugador. Y en esos casos lo único que te queda por hacer es insistir, aunque sepas que todo está perdido.
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