Las fronteras culturales

Soy un estudiante español, y estas pasadas Navidades vinieron a visitarme a Madrid unos amigos estudiantes desde Portugal e Italia. Con mi mejor voluntad intenté mostrarles lo mejor de esta ciudad y que les fuese lo más hospitalaria posible. Pero el optimismo con que acogí su Regada se vio nublado en parte cuando acordamos visitar algunos museos de la capital.En las ocasiones en las que he deseado asistir a alguna exposición o museo he presentado mi carné de identidad y he disfrutado de la visita. Pero nunca había reparado de manera especial en que los no nacionales debían pagar 400 pesetas de entrada. Siempre me he ahorrado esa cantidad de dinero, pero en esta ocasión nadie pudo ahorrarme el sonrojo al intentar explicar a mis amigos portugueses e italianos que debían pagar esa cantidad de dinero por no ser españoles.

En ese momento, incapaz de encontrar una explicación consecuente, lo único lógico que se me ocurrió fue pagar yo también la entrada. En Europa se están abriendo las fronteras económicas: ¿por qué no abrir también las fronteras culturales? El Esta-

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Viene de la página anterior do dejaría de ingresar algún dinero y muchos nos ahorraríamos algún que otro sonrojo al intentar explicar lo inexplicable. Miguel del Fresno García.