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Pistolas, dinero, dinastías

Violencia y corruptelas preelectorales en Filipinas

Una campaña electoral que originara casi un centenar de muertos podría resultar inviable en la mayoría de los países. No es así en Filipinas, donde los políticos y la Prensa consideran como un hecho casi normal la existencia de tal ola de violencia ante unos comicios provinciales y municipales que mañana llevarán a 26 millones de personas a las urnas para designar a 73 gobernadores, 59 alcaldes de grandes y medianas ciudades y a otros 17.000 cargos menores.[Al menos siete personas resultaron muertas en un atentado el viernes al norte de la isla de Mindanao. Cuatro de las víctimas eran candidatos del partido de la oposición conservadora, Movimiento de la Nueva Sociedad (KLB), en las elecciones de mañana y murieron cuando el vehículo en el que viajaban chocó con una mina colocada en la carretera supuestamente por la guerrilla comunista. El número de muertes violentas durante la campaña electoral se eleva a 86, la mitad de los cuales eran candidatos. La presidenta Corazón Aquino hizo ayer un llamamiento a la calma mientras el Ejército se encuentra en estado de alerta máxima, informa Efe.]"En comparación con anteriores elecciones, el balance de la violencia es relativamente bajo", comentan, sin embargo, en el palacio presidencial de Malacañang. Recuerdan que en los últimos comicios municipales democráticos, en 1971, antes de la dictadura del presidente Ferdinand Marcos, el número de muertos fue de 905. Y que en las de 1980 se llegó a 410. Las más recientes, mayo de 1987, bajo la presidencia de Cory Aquino, se saldaron con 104 víctimas. Todo parece indicar que, en términos filipinos, el país empieza a alejarse de la doctrina de las tres ges -guns, goons and gold (pistolas, gansterismo y dinero)-, que imperaba en las elecciones bajo el régimen de Marcos.

Pero las pistolas continúan vivas en el lenguaje electoral filipino, aunque hayan disminuido estadísticamente sus efectos. Sólo en el área metropolitana de Manila hay más de 50.000 licencias para portadores de armas, y es habitual que en algunas cenas de la alta sociedad acaben enseñando al visitante grandes bolsas de golf donde los palos han sido sustituidos por ametralladoras Uzzi o fusiles M-16.

Marquistas

Al margen del trágico aspecto de la violencia, la actual campaña electoral ha tenido ribetes muy coloridos, desde el norte hasta el sur de este largo archipiélago de más de 7.000 islas.En Ilocos Norte e Ilocos Sur, al norte de Filipinas, junto a la violencia entre candidatos, mezclada con ataques casi a diario entre el Ejército y la guerrilla, la imagen del ex presidente Marcos, nacido allí, es utilizada aún por muchos candidatos. Algunas figuras de la actual Administración Aquino apoyan ahora en Ilocos a candidatos marquistas, a fin de salvaguardar intereses de dinastías familiares.

La, presidenta Cory Aquino anunció que no participaría en la campaña en favor de sus candidatos, pero quebrantó su promesa. Comparece en los mítines junto a su hija menor, Kris, de 17 años, que canta temas populares, y recuerda, como esta semana, que vayan a ver su primera actuación cinematográfica.

En la isla de Cebú, los últimos días de campaña se han visto prácticamente eclipsados por los festejos con que se rememora la llegada de los primeros colonizadores españoles, capitaneados por Magallanes, en 1521. En Cebú también compiten las grandes familias del área;en la ciudad de Danao, el popular hacendero Ramón Duraño, se enfrenta a uno de sus hijos.

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En el sur, en Mindanao, la campaña está muy radicalizada por la gran presencia de la guerrilla comunista, que ha extendido salvoconductos a 50.000 pesetas para garantizar inmunidad. Del otro campo, el de los vigilantes anticomunistas de Alsa Masa, el aspirante a la alcaldía de Davao, el popular locutor Jun Pala, pega propaganda electoral con su foto ante un micrófono, una pistola en una mano y una granada en la otra.

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