Canal 10 sólo atenderá a hogares situados en grandes aglomeraciones urbanas
Canal 10 ha llevado a cabo, desde finales del pasado mes de diciembre, en cuatro ciudades españolas -Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao- una intensa campaña publicitaria con el fin de dar a conocer su oferta. Según fuentes de la empresa, se han gastado alrededor de 300 millones de pesetas en la campaña. El slogan de la publicidad -Apúntate al 10- parece indicar que cualquier persona podrá recibir en cuanto lo desee el nuevo servicio televisivo. Sin embargo, la realidad es distinta. Canal 10 atenderá primordialmente a aquellos hogares enclavados en grandes aglomeraciones, urbanas.
El peculiar sistema de distribución que utiliza este sistema de televisión de pago plantea algunas dificultades técnicas que obligan a la empresa, con el fin de buscar la máxima rentabilidad económica al proyecto, a escoger con especial cuidado a su clientela.En la práctica, Canal 10, más que atender las peticiones de enganche al sistema, buscará por sí mismo sus clientes más adecuados, según reconocen los promotores del proyecto. En base a los estudios que ha realizado la empresa, lo que denominan como "zonas optimizadas", es decir, el público que podrá suscribirse, al menos en una primera etapa, está previsto que esté caracterizado por una doble condición, su hábitat y su nivel socio-económico.
La primera condición para ser considerado por Canal 10 un cliente prioritario a la hora de atender su petición es habitar en manzanas de edificios que reúnan un elevado número de viviendas. Ello permitiría a Canal 10 rentabilizar la inversión que para ellos supone instalar cada antena parabólica. Teniendo en cuenta que la legislación actual prohíbe el traslado de la señal vía cable cruzando una calle, sólo se puede extender la señal proveniente de una parábola a las viviendas situadas en una misma manzana. Aquellas personas que vivan en viviendas unifamiliares o en edificios con pocos pisos tendrán serias dificultades para poder ver satisfecha su deseo de inscripción, a no ser que ellos mismos adquieran por libre la antena parabólica.
La segunda característica, considerada por los estudios previos, es el nivel socioeconómico de los potenciales clientes. En contra de lo que muchos puedan pensar, el público más proclive a pagar la cuota mensual del servicio no son las clases más acomodadas, sino la clases media y baja, principales consumidores de los mensajes televisivos, al carecer de otros recursos alternativos de ocio.
Hogares con parabólica
Otra situación diferente será en la que se encuentren aquellos hogares ya dotados de antena parabólica -se calcula que existen unas siete u ocho mil parábolas en España- o aquellos otros que decidan adquirirla por sus propios medios. En estos casos, los usuarios deberán suscribirse a Canal 10 para poder ver las emisiones una vez que estas lleguen codificadas. Entonces, para poder sintonizarla, será necesario alquilar el decodificador de Canal 10, cuyos operarios se encargarán de hacer una conexión por cable desde la antena hasta el monitor, para poder controlar al destinatario de la señal.Las previsiones de Canal 10 contemplan la posibilidad de aumentar la oferta actual de sólo a cuatro ciudades -Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao- a cinco más -Sevilla, Zaragoza, Málaga, La Coruña y Oviedo-, en el mes de abril, aproximadamente. Todavía no existe una fecha oficial de comienzo de las emisiones regulares. A partir del próximo día 20, la señal originalmente emitida desde los estudios Molinare de Londres, será lanzada por la British Telecom al Intelsat V y desde este a las antenas parbólicas repartidas por toda Europa. En principio se cubrirá sólo cuatro horas de emisión entre las 20 y las 24 horas. Meses después, cuando ya se disponga de una red suficiente, Canal 10 codificará la señal y ya sólo podrá ser vista en aquellos monitores previamente cableados por la empresa.
Canal 10 se configura mediante este sistema como un "canal limitado", tal y como afirman sus promotores. Aunque se niegan a confesar cuales son su auténticas expectativas, considerarían un éxito total y un negocio de gran rentabilidad, si en dos o tres años consiguieran tener una audiencia cercana al seis o al siete por ciento en España -entre 1.250.000 y 1.500.000 de espectadores-.
Respecto a la dificultad que supone introducir en España un sistema de televisión de pago, debido a la costumbre de recibir la señal televisiva de forma gratuíta, consideran que, teniendo en cuenta el público al que pretenden dirigirse, "existe un buen precedente, que es el canon que suelen cobrar los vídeos comunitario", en palabras de Enrique Vázquez, portavoz de la empresa.
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