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Maravall propugna que el congreso del PSOE defina las prioridades de Gobierno

José María Maravall, ministro de Educación y recién elegido delegado del 31º Congreso Federal del PSOE por una agrupación socialista de Valencia, considera que "es bueno que el partido mire más allá que el Gobierno" y que apruebe en enero una resolución política que no sea un programa electoral, sino una definición de las prioridades para gobernar en los próximos años. Autor del preámbulo de la ponencia política que será discutida en el 31º congreso, Maravall juzga que la redacción definitiva de este documento debe reflejar con claridad un énfasis de los socialistas en perseguir transformaciones sociales a través de mejoras concretas en la sanidad, la vivienda y la educación.

Partidario de la existencia de servicios públicos que garanticen a los ciudadanos unas condiciones de vida a las que difícilmente tendrían acceso con sólo sus recursos personales, José María Maravall prefiere que en la ponencia política que apruebe el 31º Congreso del PSOE "tengan más peso los componentes de una política de cambio" que objetivos estrictamente específicos de la política económica, según ha manifestado a este diario.A su juicio, el sector público no debe permanecer en actividades productivas que pueda llevar perfectamente a cabo la iniciativa privada y que no aportan ningún beneficio social al Estado. Por el contrario, debe potenciar su presencia en áreas de interés estratégico, vinculadas a importantes gastos en investigación.

En coincidencia con una tesis defendida por el presidente Felipe González, el ministro es partidario de que el PSOE promueva un "gran compromiso nacional" para aprovechar la "oportunidad histórica" que España tiene para dejar definitivamente el furgón de cola de los países europeos. A la vez, José María Maravall se declara partidario de distribuir socialmente, a través de fondos de inversión, los previsibles beneficios de la economía española en los próximos años. Según cálculos del Gobierno, en 1988 se producirá un incremento de la riqueza nacional de 17.000 millones de dólares.

Maravall lamenta que la UGT no haya mostrado por el momento gran interés hacia este mecanismo de participación de los trabajadores en los beneficios de las empresas. A su juicio, el Gobierno debe afrontar las relaciones con el sindicato socialista desde la perspectiva de favorecer acuerdos parciales, ante la imposibilidad por el momento de pactos globales. "Hay que dejar que UGT explore su espacio sindical y si es necesario que sufra las consecuencias de ello".

Incompatibilidad

Molesto con las versiones que le atribuyen una labor de zapa con el secretario de organización del PSOE, Txiki Benegas, Maravall asegura que en las condiciones en que el número tres del partido ha llevado a cabo su labor "difícilmente alguien podría haberlo hecho mejor". Dicho lo cual agrega, en conversaciones privadas, que "es necesario potenciar la dirección del partido".En su opinión, un modo de facilitar el realce político de la cúspide del PSOE sería ampliar la composición de la comisión ejecutiva federal e integrar en ella a dirigentes con importante peso político, aunque ocupen puestos de responsabilidad en otras instituciones. "En algunos sectores del partido", ha precisado a este diario, "hay bastante simpatía por mantener y ampliar las incompatibilidades [para el desempeño de cargos públicos y en la dirección del PSOE], excepto para casos excepcionales. No estoy seguro de que eso sea bueno".

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Maravall aseguró que no ambiciona dirigir ninguna de las secretarías de la ejecutiva federal del PSOE ni convertirse en coordinador, en el caso de que fuese creado este cargo, a la vez que reconoció su disposición a volver a ser miembro de la comisión ejecutiva "como vocal". A su juicio, el congreso federal del PSOE debería elegir la ejecutiva nacional sin adscribir, al contrario que ahora, a cada persona la secretaría o vocalía que debe ocupar.

De ese modo sería el Comité Federal -máximo órgano del partido entre congresos- el que encomendase las tareas concretas y los posibles relevos, de modo que el nombramiento para desempeñar un cargo público no acarrease en adelante el abandono tanto de una labor específica en la ejecutiva como del equipo dirigente en su conjunto.

Defensor de que el PSOE "se vuelque más hacia afuera", porque está muy encerrado sobre sí mismo, según él, Maravall no oculta sus críticas hacia el funcionamiento del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV), del que ha llegado a decir que en su seno "se discute menos sobre ideas políticas que sobre relaciones de poder". Incluso ha hecho correr un recado presumiblemente dirigido al secretario del PSPV, Joan Lerma: "Estoy dispuesto a decir que no se asfixie a determinadas personas".

Aunque en público ha rehuido más precisiones, en privado Maravall ha lamentado que "se desestabilizase al alcalde de Valencia, Ricard Pérez Casado, poco antes de las elecciones municipales", y ha comentado que en el PSPV existen "malas condiciones de habitabilidad".

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