1.500 desaparecidos al chocar dos barcos en Fifipinas
Más de 1.500 personas murieron ahogadas o abrasadas el domingo por la noche en el estrecho de Mindoro (Filipinas), al chocar el transbordador Doña Paz con el petrolero Víctor, en unas aguas infestadas de tiburones. El transbordador contaba oficialmente con una tripulación de 50 miembros y llevaba 1.493 pasajeros a bordo, pero en realidad parece que había muchos más, según indicaron algunas de las 26 personas rescatadas con vida. "La gente gritaba y pedía ayuda, yo sólo rezaba y nadaba tratando de salvarme entre cuerpos que flotaban" dijo Renato Asistorga, de 19 años, que fue recogido por una barca de pesca a pocos kilómetros del lugar del accidente.
Las posibilidades de encontrar a más supervivientes disminuyeron al caer la noche del lunes en Filipinas, 24 horas después de producirse el naufragio. Dos aviones de la Fuerza Aérea filipina y otros tres norteamericanos, procedentes de la base de Clark, que trabajaban en la búsqueda ole supervivientes, abandonaron su trabajo debido al mal tiempo que se desató en la zona de la tragedia sin haber encontrado ninguna víctima más del accidente. La presidenta Corazón Cory Aquino ofreció su yate privado para sumarse a las tareas de rescate.El choque entre los dos barcos provocó inmediatamente un gran incendio que causó el inmediato hundimiento de ambos buques cuando era noche cerrada. El petrolero, Victor, tenía una tripulación de 13 miembros, de los que 11 han sido dados como desaparecidos, según informó un guarda costero.
El número de pasajeros del Doña Paz continúa siendo confuso. "No podemos dar cifras, esperamos nuevos informes", dijo el teniente coronel Rene Luspo, quien no quiso referirse a los rumores de que cerca de 2.000 personas, deseosas de pasar la Navidad en casa, habían logrado meterse en el barco que les llevaría a la muerte. Un portavoz de la compañía propietaria del Doña Paz también dijo no tener idea de cuántas personas subieron al barco en la isla de Leyte para realizar el vía e navideño a la capital filipina.
"No había luz. Los chalecos salvavidas estaban guardados con llave en un armario y nadie daba órdenes", afirma Gilbert Mabotul, un joven de 15 años que se tiró al mar cuando el buque comenzó a arder y fue recogido al alba por un carguero. Mabotul viajaba con su madre y dos hermanas, las tres desaparecidas. Él tiene la cara y un brazo con grandes quemaduras. "Yo dormía, de pronto me despertaron los gritos de 'fuego'. No sé cómo, pero salté al mar ardiendo", dijo en el hospital de Manila, donde está internado.
Error de señalización
El portavoz de los guardacostas, el capitán de corbeta Cipriano Luspo, dijo que se desconocen las causas del choque, que podría deberse a un "error de señalización" entre los dos barcos.
"Los equipos de rescate no recogen los cadáveres y navegan entre ellos. Están plenamente dedicados a buscar alguien con vida. He visto a niños y a ancianos flotando en las aguas", indica otro viajero apellidado Asistorga, que se dirigía a Manila con 10 miembros de su familia y sólo él y un primo han sido rescatados. El joven asegura que nadó unos tres kilómetros y pudo ver cómo los aguas se tragaban al Doña Paz y al Víctor en el espacio de dos horas. "Después sólo las llamas quedaban sobre el mar", añadió.
Los supervivientes aseguran que los pasajeros no abandonaban el barco en llamas porque trababan de salvar a sus hijos, padres o personas que tenían más dificultades. Otros, como la novia de Mario Leanda, porque tenían miedo. Los dos se había dado la mano, pero en el instante del salto Mario sintió que ella se le escapaba y ya no la volvió a ver. Las radios de la capital han informado de que muchas de las víctimas han sido pasto de los tiburones.
El transbordador es el medio más común de transporte en Filpinas, país que cuenta con más de 7.001) islas. Las petición de socorro lanzada por el Doña Paz antes de hundirse fue captada por el Don Claudio, que llegó en la madrugada al lugar del accidente, situado a unos 150 kilómetros al sur de Manila.
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