_
_
_
_

El Gobierno portugués prevé mantener el 5% de crecimiento económico durante 1988

El Parlamento de Lisboa aprobó las leyes de presupuesto y grandes opciones para 1988. Pese al voto contrario de todos los partidos de la oposición, socialistas, comunista, renovador y democristiano. El proyecto de Cavaco promete mantener un 5% de crecimiento económico y reducir más el paro (ya ha bajado del 7,9% al 6,7%) y la inflación.

El presupuesto, que aún debe ser discutido en pormenor, incluye importantes cortes en los gastos públicos, con la finalidad de reducir el déficit que subsiste. La mayoría de los ministerios dispondrán, en 1988, de menos dinero que en el año anterior, ya que los respectivos presupuestos suben menos que la inflación prevista (6,5%). Esta austeridad presupuestaría admite, sin embargo, tres excepciones en los capítulos de educación, salud y defensa. Mientras que los dos últimos crecen más de un 10%, la educación es la "niña bonita" de la política gubernamental portuguesa para el próximo año, con un aumento de su presupuesto del 18%.Si el voto negativo de los partidos de izquierda era esperado, y anunciado luego al inicio del debate de tres días, la posición adoptada por el CDS confirma la tentativa, por parte del partido presidido por Adriano Moreira, de organizar una "oposición de derecha" más fuerte, para contestar la hegemonía del "cavaquismo" sobre todo el espacio político del centro hasta la derecha. Una tentativa que recibe hoy un fuerte empujón con el anuncio oficial, por el ex candidato a la presidencia de la república, Diego Freitas de Amaral, de hacerse elegir presidente del CDS en el próximo congreso del partido, en enero.

Cavaco Silva, que dispone de una confortable mayoría en el Parlamento de Lisboa, aprovechó el debate presupuestario para proferir un auténtico "discurso sobre el estado de la nación" en que rechazó, y a veces anticipó, las críticas de sus adversarios políticos. No sin una cierta altanería, que suscitó murmuros de protesta entre los parlamentarios de la oposición, el primer ministro portugués se permitió "aconsejar" a la oposición de ser más cuidadoso y más serio" en sus ataques contra la política gubernamental porque el "pueblo portugués no es estúpido".

Después de un balance autosatisfactorio de la evolución de la situación económica y social portuguesa en los dos últimos años, Cavaco Silva dejó a los portugueses, como regalo de Navidad, las promesas de un "crecimiento sostenido" de la economía y de los salarios reales de 1988, nueva baja de la inflación y del paro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_