El Papa afirma que las leyes del aborto llevan en su entraña el germen de la corrupción

, El destino futuro de Europa se juega sobre el aborto, ha afirmado Juan Pablo II con gran dureza ante los 450 participantes en el congreso de estudios Derecho a la vida y Europa, que fueron recibidos en audiencia especial en el Vaticano. El Papa constató ante los congresistas que prácticamente todos los Estados europeos han aceptado en sus legislaciones la ley del aborto y afirmó que "la legislación sobre el aborto se ha metido como un elemento espúreo, que lleva en su entraña el germen de la corrupción".

Nunca hasta ahora el papa Wojtyla había relacionado con tal fuerza el problema político de los destinos de Europa con el fenómeno del aborto como lo ha hecho en esta ocasión. "Cuando un Estado", ha afirmado el Papa, "pone a disposición sus instituciones para que alguien pueda llevar a cabo la voluntad de suprimir el fruto de la concepción, renuncia a uno de sus deberes primarios y a su misma dignidad". Y se pregunta a sí mismo: "¿Cómo es posible hablar de la dignidad de cada persona humana cuando se permite que se mate a la más débil e inocente de ellas?". Y añade: "¿En nombre de qué justicia se lleva a cabo entre las personas la más injusta de las discriminaciones decidiendo que algunas deben ser defendidas mientras a otras se les niega tal dignidad?".Tras estas reflexiones Juan Pablo II concluye: "En realidad, sobre este punto, Europa se está jugando su destino futuro porque está revelando síntomas de decadencia moral y de empobrecimiento demográfico, y está, de este modo, dilapidando un patrimonio cultural que le habían transmitido ilustres pensadores, grandes juristas y santos admirables".

Y para que no se le acuse de querer sacralizar la sociedad, Juan Pablo II afirma sutilmente que la Iglesia, cuando propone tales verdades de fe (entre las que incluye la lucha contra el aborto), lo que pretende "no es introducir un Estado cristiano, sino sencillamente promover un Estado humano".

Por último, el Papa animó en la audiencia a los 450 estudiosos, llegados de toda Europa, para que, a pesar de ser "minoría", no les amedrante la dificultad de la lucha que tienen entre manos, ya que, les ha dicho: "La fuerza está en la verdad y no en el número".

De ahí que Juan Pablo II haya estimulado varias veces a los militantes y políticos católicos de todo el mundo a que se esfuercen en anular las actuales leyes que permiten la interrupción del embarazo.