Las elecciones cantonales de Marsella, ensayo general de las presidenciales

Marsella vivirá mañana, gracias a unas modestas elecciones cantonales, el primer ensayo general de las elecciones presidenciales de 1988. En un cantón que cuenta con apenas 24.000 electores, un viejo barrio marítimo al sur de la ciudad sin especiales problemas de inmigración, se enfrentarán el candidato de la alianza de derechas entre la Asamblea para la República (RPR) y la Unión para la Democracia Francesa (UDF) y el candidato socialista.

Esta elección es la segunda vuelta de los comicios de donde debe salir un nuevo miembro del Consejo General de departamento, una institución local parecida a las diputaciones españolas.Mientras los comunistas han llamado a votar al candidato mejor situado de la izquierda, en este caso el socialista, los ultraderechistas del Frente Nacional se hallan divididos y peleados entre quienes desean garantizar la victoria de la derecha y quienes llaman a la abstención para demostrar la necesidad de sus votos para batir a la izquierda.

Los problemas que suscita esta elección son los mismos que plantearán las elecciones presidenciales: con el Frente Nacional, la derecha pierde credibilidad democrática, pero sin el Frente Nacional se arriesga a no conseguir la mayoría.

La única posibilidad para el candidato de la derecha, ahora en Marsella y en 1988 en la carrera presidencial, radica en robar los votos reunidos hasta ahora por Le Pen y sus amigos de la ultraderecha.

En la primera vuelta de esta elección, la mayoría obtuvo el 36,4% por ciento de los sufragios, casi dos puntos menos que en las elecciones generales. El Partido Socialista obtuvo el 28,6%. El Frente Nacional consiguió el 18,3%, que, sumados a tres listas más de extrema derecha, significa más de un 20% para los candidatos que propugnan medidas xenófobas. El Partido Comunista, finalmente, alcanzó el 11,6%, casi dos puntos más que en las elecciones generales.

En relación a las elecciones de 1986, la izquierda ha aumentado un 3,4%, pero con un 40% sigue siendo ampliamente minoritaria. En la elección de mañana los electores de extrema derecha serán los árbitros.. La abstención registrada en la primera vuelta -casi el 60%- y el peso de la extrema derecha son los dos elementos más significativos de esta elección, en la que se refleja el deslizamiento hacia el extremismo derechista de la sociedad francesa, especialmente en el Sur, y la debilidad de la participación política.Los resultados de mañana

pueden producir heridas polítícas. El secretario general de la UDF y ministro de Cultura,Frangois Léotard, propugna el

aislamiento del Frente Nacional, con el que mantiene unas excelentes relaciones y ha cerrado pactos políticos en algunos Consejos Generales el patrón marsellés de ese mismo partido, Jean Claude Gaudin.

Marsella ha sido escenario de algunos actos violentos. En la noche del jueves al viernes, un incendio criminal destruyó la escalera interior del edificio donde reside el alcalde socialista de la ciudad, Jean Noél, contra cuya oficina también ftie lanzado un artefacto explosivo.