Cuevas afirma que hay que realizar un esfuerzo para alcanzar el objetivo del 3% de inflación para 1988

El presidente de la CEOE, José María Cuevas, afirmó ayer que debe hacerse un esfuerzo para cumplir el objetivo de inflación fijado en el 3% por el Gobierno para el próximo año. Objetivo que, según el presidente de la patronal, se consigue no sólo con importaciones de choque o con medidas de política monetaria, sino también con la moderación de costes, especialmente los salariales. Cuevas anunció contactos con las centrales sindicales en los próximos días para reabrir el diálogo social y recalcó que con las peticiones salariales adelantadas por los sindicatos se pone en peligro el objetivo de inflación.

El presidente de la patronal realizó un balance de la situación española en los diez últimos años, al coincidir con el décimo aniversario de la creación de la CEOE. En este balance, Cuevas criticó a los gobiernos tanto de UCD como al actual socialista, por realizar una política destinada a minimizar los efectos de la crisis económica, a costa de un mayor gasto público, y no afrontar con valentía las reformas estructurales que permitieran solucionar el problema del desempleo.En su discurso ante los empresarios reunidos en la asamblea de la patronal, entre los que se encontraban los fundadores de la CEOE, Max Mazim y Carlos Ferrer Salat, Cuevas le defendió de las "acusaciones de politización" contra la patronal. "La perspectiva de los últimos diez años", añadió, "demuestra que frente a la dependencia de otros interlocutores sociales, la CEOE ha defendido día a día su autonomía política y económica".

A pesar del "exito" con que España está afrontando la entrada en la CE, en opinión de Cuevas, persisten todavía importantes obstáculos: tipos de interés elevados, apreciación de la peseta, menores incentivos fiscales a la inversión, mayores cuotas empresariales a la Seguridad Social, retraso en la normativa laboral y carencia de infraestructuras.

Éstos son los objetivos que deben abordarse, ahora más especialmente a raíz de los últimos acontecimientos internacionales, porque sino "un cambio como el que se ha producido últimamente puede dar al traste con este esperanzador proceso de recuperación", según Cuevas. Una consecuencia de ello es que el Gobierno deberá "hacer un análisis más prudente de la situación, porque los objetivos se marcaron en un clima de euforia que ahora corre el peligro de esfumarse".

El presidente de la patronal se extendió especialmente en su análisis del problema del desempleo. Los gobiernos de los últimos años han demostrado, en su opinión, impotencia para resolver el problema del paro mediante medidas que no fueran "el mantener artificialmente los puestos de trabajo".

En este punto, Cuevas criticó a los sindicatos "más preocupados por mantener el poder adquisitivo de los salarios y se olvidaron de los jóvenes y de crear oportunidades de empleo a su medida". La falta de prórroga de los contratos temporales, "está produciendo en septiembre y octubre de este año casi 150.000 nuevos parados", según la patronal.

La conflictividad social ya no proviene, en opinión de Cuevas, "de la relación laboral entre empresarios y trabajadores", sino que "suele estar inspirada políticamente e instrumentada tomando como escusa la reconversión industrial, la protesta estudiantil, las pensiones o las reivindicaciones de los minusválidos".

No faltó en el discurso de Cuevas una referencia a la política de defensa realizada por España. Según Cuevas, "es necesario ganas la batalla de la propia coherencia de la política exterior española en todos los frentes, diciendo no a las utopías neutralistas y a fórmulas tercermundistas en lo defensivo o en lo estratégico".