Jesús Gil: "Los pobres también tenemos derecho sonreír"
"Los Pobres también tenemos derecho, a sonreír", comentó, con un esbozo de sonrisa, Jesús Gil, el presidente del Atlético, una vez que: se consumó la goleada de su equipo. Su colega del Madrid, Ramón Mendoza, con aire circunspecto, se limitó a calificar de "normal" el resultado en función de las "anormalidades" registradas. Para el dirigente rojiblanco, el partido de anoche supuso su "mayor satisfacción" desde que se hizo cargo del club. Para el blanco, todo continúa poco menos que igual porque su conjunto sigue como "líder". Ninguno de los dos quiso opinar del arbitraje de Enríquez.Gil, recibido en el palco del Bernabéu con una "cortés frialdad", según uno de sus acompaflantes, no respiró tranquilo hasta el final o, al menos, eso adujo: "El Madrid es capaz de empatar aunque sólo tenga seis jugadores, vaya perdiendo por 0-4 y resten menos de cinco minutos". Sin embargo, el Atlético le había dado motivos para relajarse en el segundo período, cuando no desperdició tantas oportunidades como en el primero. "Estaba preocupado", confesó Gil, "porque al Madrid no se le puede perdonar; cuando le tienes a tu merced, debes rematarlo". Gil adoptó una Ipostura tranquila a pesar del sonado triunfo. Sus palabras fueron pausadas. Sólo las apresuró cuando se refirió a la "importancia" del éxito, "muy necesario por las críticas en torno al potencial del bloque y algunos de los fichajes efectuados".
Si Gil admitió que las transmisiones por la pequeña pantalla y la lluvia dan suerte al Atlético, Mendoza no quiso culpar directamente a Televisión Española por la derrota del Madrid. "Todo ha sido normal, dadas las anormalidades. Me gustaría que este encuentro se repitiera sin que hubiésemos jugado tres días antes uno fortísimo en Oporto y con el césped en buen estado", alegó. "De todas formas", añadió, "los gritos de los aficionados animando a nuestros jugadores, a pesar de los pesares, significan mucho". Contrariedad sobre contrariedad, Mendoza se lamentó por el asalto al autocar de su equipo: "Hay que terminar con estos comandos organizados".
