Abel: "Aprendí mucho de Fillol en el mano a mano con el delantero"
El portero del Atlético alcanza el éxito un año después de pedir la baja
En el nuevo Atlético se ha hablado de muchas cosas, pero un jugador ha pasado inadvertido. Se llama Abel, juega de portero, Menotti lo ha descubierto a los 27 años -aunque ya Luis lo utilizó en la última fase de la temporada anterior-, y pidió la baja el pasado año "porque nadie me hacía caso". Abel sólo ha encajado tres goles en nueve partidos, de ellos uno de penalti y otro de Arteche en propia meta, y se ha convertido en un elemento decisivo en la aplicación de la trampa del fuera de juego: "Aprendí mucho de Fillol en el mano a mano con los delanteros".
En el Atlético de Menotti, Abel debe jugar siempre en estado de alerta, muy próximo al borde del área y dispuesto a salir con rapidez en el momento en que algún delantero rival rompe lo que el técnico argentino define como achique de espacios, es decir, la aplicación pura y simple de la trampa del fuera de juego. Cuando eso sucede, al portero le quedan dos soluciones: llegar antes que el contrario al balón y despejarlo a la grada, o bien tener la suficiente sangre fría para aguantar en el límite del área y tratar de arrebatárselo ahí. Abel se ha convertido en un buen especialista en ambas suertes."Claro que es arriesgado jugar así, pero la realidad es que nos está dando muy buen resultado. Poner en práctica ese sistema requiere concentración, precisión y muchos entrenamientos. Y con Menotti nos estamos machacando en ello desde la pretemporada. Es evidente que el riesgo es mayor ante equipos como el Madrid, que tienen jugadores que dominan el balón en el centro del campo y lo esconden hasta el último momento, y delanteros que no sólo golean, sino que saben aguantar también hasta el límite su desmarque, y que además son rapidísimos cuando salen en busca del pase largo . Hay que afinar más, pero no podemos cambiar de forma de jugar cuando es una de las cosas que mejor nos están saliendo".
Las salidas son el principal fuerte de Abel. Y tiene su pequeño secreto: "Aprendí mucho de Fillol en el año que estuvo aquí. El argentino tuvo problemas por las lesiones y con algunas críticas, pero era muy bueno en las salidas ante los delanteros, cuando se quedaba mano a mano con el delantero. Era muy difícil driblarle. Yo me fijé mucho y trato de irnitarle. Se trata de aguantar hasta el último segundo, no lanzarte a ningún lado aunque el contrario te amague. Algunos porteros se tiran al suelo antes de que el delantero toque el balón, y por regla general ahí ya no queda margen para reaccionar".
Balones altos
Si ése es el lado positivo de Abel, en algunas acciones da la impresión de ofrecer menor seguridad en los balones altos. Quizá sea que en esta especialidad no pudo aprender mucho de Fillol, porque el portero argentino no era fuerte en este aspecto: "El despeje de puños no es mi fuerte, pero tampoco creo que vaya tan mal por arriba como se dice. Ocurre que tengo dos centrales como Arteche y Goikoetxea que son altos, que van muy bien de cabeza, y en los balones que no van excesivamente bombeados procuro dejarles a ellos la decisión de despejar. Yo salgo siempre a los centros que sí van muy arriba, y desde luego día a día trato de pulir mis defectos".Es su sexta temporada en el Atlético. Las dos primeras las pasó en el filial, y en las siguientes fue siempre el tercer portero. El año pasado pidió la baja en numerosas ocasiones, aunque siempre le decían que se contaba con él. Pero llegó a desesperarse, hasta que Luis Aragonés volvió al equipo para la última fase de la Liga y toda la Copa y le hizo titular.
Esta temporada, Abel tiene palabras de agradecimiento para Menotti, que le ha concedido su confianza desde el primer día: "Pero no porque esté jugando ahora. Tanto a mí como a mis compañeros Mejías y Elduayen nos resultó estimulante que Menotti dijera que no necesitaba ningún fichaje de fuera para la portería. Personalmente fue como empezar, de cero, y afortunadamente, en mi caso, Menotti me dio la titularidad y la confianza que todo jugador necesita". Menotti negó desde el principio la conveniencia de fichar un portero: "Si no tenemos porteros, los hacemos", comentó.
En la mejor edad
Abel considera que está en la mejor edad para un portero. Aunque acababa contrato este año, Gil le aumentó -no mucho- su ficha, que apenas superaba los cinco millones, y le renovó por tres temporadas. Tiempo para que Abel trate de demostrar que -es el guardameta que necesita el Atlético: "A los 27 años sólo estoy dando mi primer paso".
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