Nueva reunión hispano-británica sobre el aeropuerto de Gibraltar

España y el Reino Unido reanudan hoy en Londres su negociación sobre el aeropuerto de Gibraltar sin que se vislumbre a corto plazo un acuerdo bilateral que pueda desbloquear la ansiada liberalización del transporte aéreo en la Comunidad Europea (CE), según fuentes de la delegación española.Centradas en seis áreas, las conversaciones en curso sobre la utilización conjunta del aeródromo, según la versión española, o sobre las facilidades concedidas a España, según la interpretación británica, tienen un carácter aparentemente técnico, pero cuyo trasfondo es eminentemente político y afecta a la soberanía del istmo, donde está situada la pista de aterrizaje, que no fue cedido a Londres en el Tratado de Utrecht de 1713.

Los puntos en discusión son el acceso de los españoles al aeropuerto de la colonia sin pasar controles de aduana o policía británica y la consiguiente construcción de otra terminal, la participación española en el control del espacio aéreo gibraltareño y la posible presencia de controladores españoles en la torre del aeródromo, así como la utilización por Iberia y Aviación Civil de las instalaciones del Peñón y su eventual asociación a la gestión del aeropuerto.

Reunión en Madrid

Al margen de la renuncia por Londres a someter a controles a los ciudadanos españoles que acudan al Peñón a tomar el avión, todo queda por resolver, y parece dudoso que ambas delegaciones logren un compromiso antes del encuentro que el secretario del Foreign Office británico, Geofirey Howe, y su homólogo español, Franciso Fernández Ordóñez, celebrarán en Madrid el 30 de noviembre, una semana antes del Consejo de Ministros de Transportes de la CE.La última oferta británica sobre los puntos en litigio está aún "muy alejada del mínimo aceptable por Madrid y así lo diremos en Londres", según fuentes la delegación española, que encabeza el director general para asuntos de Europa occidental, Fermín Zelada, mientras la británica está dirigida por David Ratford, subsecretario del Foreign Office para la misma área geográfica.

En junio pasado Madrid bloqueó la desregulación del tráfico aéreo civil en la CE por considerar que mejoraba el status de la colonia británica y pidió que ésta fuese excluida del reglamento y directivas apalabradas hasta que España lograse un acuerdo con el Reino Unido sobre el aeropuerto gibraltareño.

Pero los escasos progresos realizados en la negociación incitaron a la actual presidencia danesa de la Comunidad a anular un Consejo de Ministros de Transporte previsto para finales de este mes y está aún por ver si mantendrá la convocatoria del 7 de diciembre.

Para desbloquear la situación a medio plazo algunos negociadores españoles no descartan ahora en privado que sea necesario recurrir a la fórmula sugerida por París en septiembre, pero rechazada entonces por Madrid y Londres: que los titulares de Transporte aprueben una resolución, de escaso valor jurídico, instando a los doce a aplicar la liberalización pactada en junio, pero comprometiéndose bajo cuerda a evitar que, por ahora, Gibraltar se beneficie de ella.