El Barça toca fondo en 20 minutos nefastos
Luis dijo el martes: "20 minutos no dan tiempo para nada". Se equivocó. En 22 minutos y 37 segundos, que fue el tiempo que duró la inédita prolongación del partido contra el Atlético, el Barcelona encajó un gol, perdió a Schuster -no podrá jugar en Logroño por acumulación de amonestaciones-, y vio como Calderé era expulsado en la última jugada del encuentro. Total: los azulgrana sumaron su tercera derrota en el Camp Nou y se han convertido en el equipo que menos puntos ha ganado en su estadio (1). El Atlético sacó buena tajada: dos puntos que le sirven para ser segundo en la Liga.Los 10.000 seguidores que ayer se sentaron en el campo vivieron con esquizofrenia 20 minutos que parecieron 20 horas. Como en sus buenos tiempos, empezaron por aplaudir a sus jugadores, silbaron al rival y al árbitro de turno. Luego, cuando el balón comenzó a correr, dudaron de sus jugadores, alabaron al rival y siguieron cargando contra el árbitro. Más tarde se quedaron en la duda de si debían aplaudir el gol de Marina o mirar al palco. Y, finalmente, no sabían si continuar sentados en su asiento, irse a casa, o esperar a Núñez, a los jugadores o a quien fuera para abroncarlos. Unos 200 optaron por gritar contra el presidente, y los demás se retiraron a casa en silencio.
El Barça tocó fondo anoche, y el apoyo del público parece ya ser la única posibilidad que le resta. Pero ese apoyo cada día es más difícil de conseguir. Desde la final de la Copa de Europa perdida en Sevilla, la compenetración entre los seguidores y el equipo ha ido desapareciendo. Y la presencia de Núñez en el palco frena cualquier tipo de arreglo en ese matrimonio roto.
Además, el seguidor barcelonista vio como Atlético le daba ayer un nuevo año de fútbol al Barça. En 20 minutos, sólo remató en una ocasión a puerta -Salva disparó por encima del larguero-, cometió cuatro faltas, cayó cinco veces en la trampa del fuera de juego y forzó un solo córner. El Atlético hizo las mismas faltas, provocó el mismo número de córners, pero remató tres veces a puerta con peligro, no erró un pase y marcó siempre el ritmo del encuentro.
De nada le sirvió a Luis Aragonés que sus jugadores, un cuarto de hora antes del partido, realizaran un partidillo de calentamiento de ocho contra ocho. Cuando empezó el encuentro de verdad estaban tan desconcertados como siempre.
El Atlético de Madrid se plantó mejor en el campo, Alemao llevó la manija del encuentro, Marcos y López Ufarte trabajaron como magos en la zona de distracción con sus cambios de juego, y Futre y Marina fueron los dueños de la zona de concreción. Los azulgrana se batieron en estampida, impotentes, corno si no supieran si era mejor aguantar el empate o ir a por el gol de la victoria.
De nada le sirvió a Luis alinear a Salva y Alexanco, ausentes en el partido del día 3. Menotti, en cambio, tuvo acierto en hacer jugar a Goicoetxea, Juan Carlos y Marina, que también se habían perdido los primeros 70 minutos del encuentro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.