Se entrega al juez el industrial santanderino que denunció corrupción en la Guardia Civil
Valentín Ochoa Pérez, de 41 años, el industrial santanderino que acusó de corrupción y tráfico de drogas a miembros de la Brigada Antidroga de la Guardia Civil de Santander, se entregó voluntariamente a las 11-30 de ayer en un juzgado de la capital.
Ochoa estaba buscado por la policía desde que el pasado 8 de octubre la Guardia Civil registró su chalé y su negocio, el vídeo-club Santander, y encontró dos o tres gramos de cocaína, algunas armas cortas y munición, una balanza y una cantidad importante de gemas preciosas y semipreciosas.Una vez prestada declaración, Ochoa fue ingresado en la prisión provincial.
Antes de su entrega, ante las cámaras de la televisión cántabra y otros periodistas, Ochoa se ratificó en que tenía suficientes pruebas para demostrar la implicación de varios miembros de la Guardia Civil en el tráfico de drogas en Santander, pero precisó que sólo se las daría al juez.
En días anteriores Ochoa acusó a in. sargento de la Brigada Antidioga y otros miembros de la brigada de tener toda una red de camellos a su servicio. Camellos a los que surtían de droga y utilizaban de confidentes, voluntarios 9 forzosos.
Parece ser que el detonante de toda esta polémica fue la aprehensión, el 29 de septiembre en Barajas, de un alijo de cocaína de 50 kilos, en el que se vio involucrado. Ochoa niega cualquier relación con el caso. Según su versión, que no ha podido ser contrastada oficialmente la delegación del Gobierno no se ha pronunciado en todos estos días), la droga llegaba a Santander en una pequeña parte. Pero cuando el alijo es descubierto y la mirada de la policía se dirige hacia las redes del tráfico en Santander, la Guardia Civil necesita una cabeza de turco y es entonces cuando registran su casa con la intención de significarle como traficante. Ochoa se da cuenta de que van a por él y decide esconderse y destapar todo el asunto.
El industrial reconoció que él es consumidor y que a veces ha comprado pequeñas cantidades para su consumo y para pasarlo a grupos de amigos y conocidos.
"Le cortocemos todos"
Este periódico pudo contactar con H., un hombre joven, heroinómano y traficante, que conoce la calle y el ambiente de la droga en Santander desde hace muchos años, así como a los protagonistas de la historia. "Todos tienen su parte de razón", afirmó; "Ochoa conoce perfectamente un sargento [al que cita por su nombre] y es un hombre que ha manejado dinero"."Al sargento le conocemos todos, al igual que a otros dos guardias civiles conocidos como El Cadenas y El Anillos. Hace cuatro o cince años que [el sargento] controla p arte del tráfico de drogas y e; cierto que mucha gente de la calle trabaja para él, entre otras cosas porque si no lo haces te puedes buscar serios problemas. Yo mismo he tenido tratos con él. Te obliga a actuar como confidente y al mismo tiempo como camello, y a mucha gente la tiene acojonada. Por aquí suponemos que Ochoa, por el motivo que sea, se ha visto amenazado seriamente y ha decidido tirar de la manta y hablar para tener cierta protección", agrega este yonqui. H. reafirmó que varios empresarios e industriales de Santander tienen que ver con el tráfico. "Yo esto lo sé, porque más de una vez he trabajado para el hijo de uno de ellos", concluyó.
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