Crónica danesa

Me dirijo a usted con el fin de aclarar algunas equivocaciones graves con respecto a las elecciones en Dinamarca, aparecidas en el diario que usted dirige.1. El enviado especial, Ignacio Cembrero, habla de la desideologiazación de Dinamarca. Tres semanas antes de las elecciones, el primer ministro, Paul SchIüter, abría la campaña electoral con "Socialismo o nosotros" (¿esto es ideología, o qué?

2. El Partido Venstre (que compone el Gobierno, y no es el apoyo externo, como se escribió, éste es el Partido Radical) basó toda su campaña electoral en qué tipo de libertad se quiere y autoproclamándose el partido ideológico del Gobierno. Usted saque sus propias conclusiones.

3. Lo que tampoco se entendió es que en Dinamarca no se habla de izquierda o derecha, sino de partidos de los trabajadores o de la patronal, dado que ustedes describen a la socialdemocracia como

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de izquierda, cuando ellos y la mayoría de la gente lo caracterizan como un partido de centro (por favor, esquemas no).

4. Lo verdaderamente inaceptable es cómo se refieren a los mal llamados progresistas de Mogens Glistrup (que no estuvo cuatro años preso, sino sólo uno y en prisión abierta, nada grave). Éste es un partido racista y anticomunista; no es casual que sus dirigentes, fundamentalmente Glistrup, fueran partícipes del congreso anticomunista realizado en Paraguay a principios de los ochenta, junto a fascistas de todo el mundo. Nada folclórico, estos errores duelen.

5. Dos detalles. El Partido del Rumbo Común no es nada procomunista; que en una época fueran la mayoría miembros del Partido Comunista es otra cosa, pero no confundir, porque han levantado consignas como "Basta de inmigrantes" y "El socialismo es un moco", y esto no tiene nada que ver con los comunistas. -