Un club de empresas aportará 7.500 millones al deporte de elite con vistas a Barcelona 92

Un grupo de empresas gestionará 7.500 millones de pesetas dedicados a la preparación de los deportistas de elite para los Juegos Olímpicos de Verano de 1992, en Barcelona. Carlos García Pardo será el director general y Manuel Fonseca el director deportivo. El dinero procederá de diversas empresas, cuya aportación mínima anual será de 50 millones. Hay firmas que ya han ofrecido hasta 250. El Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Comité Olímpico Español (COE) están detrás de la idea y hoy la harán oficial.

Antes de que Carlos Ferrer Salat ofreciera en su programa de candidatura a la presidencia del COE la ayuda de la empresa privada, Javier Gómez-Navarro, presidente del CSD, ya se había reunido con dirigentes del COE para dar forma a una idea común, la misma que ofrecía Ferrer Salat. Cuando éste fue elegido, el acuerdo entre ambos organismos fue rápido. Para que todo resultara más ágil y no hubiera celos, ni el CSD ni el COE serían protagonistas. Se creaba así el Club 92, una especie de hada madrina para que todos los deportistas que puedan ser olímpicos en Barcelona vean sus necesidades cubiertas.El nombre

Carlos García Pardo ya es el encargado de llevar a cabo la iniciativa, que en principio está pensado que lleve el nombre de Club 92, si bien dado que ya tiene esta denominación un grupo de empresas creado en Sevilla para respaldar la Expo 92, es posible que a última hora se cambie el nombre. El hecho de que el club tenga carácter privado sirve para que todos los trámites se agilizan, precisamente todo lo contrario de lo que ocurre con la Administración. Cada una de las empresas participantes en la iniciativa -la mayoría de ellas grandes empresas públicas- escogerá un deporte y creará un club, que llevará el nombre de la propia empresa al que se añadirá el 92. En el club tendrán entrada los deportistas jóvenes que destaquen en esa modalidad deportiva y que se estime estén en condiciones de alcanzar su mejor nivel con ocasión de los Juegos de Barcelona. La empresa correspondiente subvendrá a los gastos de su preparación y de alta competición.

Las empresas que se suman a la iniciativa escogen deporte por un orden de prioridad que se establece según la cantidad que están dispuestas a aportar y según el momento en que se han interesado por el proyecto. Por ahora, baloncesto y atletismo son los deportes más perseguidos. El director deportivo, Manuel Fonseca, podrá decidir sobre la gestión del dinero de cada empresa dentro de un deporte, pero no sacarlo para otros. En principio, el número de empresas colaboradoras se cifra en tantas como deportes olímpicos existen.

El director deportivo se reunirá con todas las federaciones para estudiar las necesidades de los deportistas. El Club 92 podrá atender desde concentraciones hasta la contratación de técnicos españoles y extranjeros, pasando por el pago de un sueldo a los seleccionados, variable según la dedicación, estado, edad y posibilidades del deportista.

Presupuestos

Estas aportaciones que llegarán de la empresa privada no supondrán en modo alguno recorte, a los presupuestos que anualmente concede el Consejo Superior de Deportes a las federaciones. Lo que sí habrá será un acuerdo entre éstas y el Club 92 para que el destino de las partidas económicas alcance el máximo de necesidades de todos los deportistas de alta competición. Un plan muy similar puso en marcha hace algunos años Corea del Sur para financiar la preparación de sus deportistas.

Una vez constituído el club, las federaciones olímpicas realizarán detallados informes en los que expondrán sus necesidades y trazarán lo que consideran deben ser las líneas maestras de su realización. Representantes de cada federación y dirigentes del Club 92 estudiarán la materialización del plan. Esta comisión puede sugerir variaciones en torno al proyecto elaborado en cada federación.