Comedia festiva

La revisitación de los años cuarenta, los años más duros bajo la férula franquista, se ha convertido en un lugar común del cine español en estos últimos tiempos, bien para criticarlos ferozmente, bien para mirarlos paternalmente con cierta indulgencia. La corte de faraón, obra humorística con pretensiones de comedia musical de buen estilo, participa de las dos posturas.Las puyas contra la censura franquista, herética y política, son muchas y de todo tipo, aunque nunca se llega mucho más allá de la caricatura y de la diversión cómplice. Y, desde luego, ni por asomo puede verse nada que explote mínimamente el juego entre la realidad y la representación al que la película se prestaba. Una posibilidad desdichadamente desaprovechada.

Queda entonces como máximo aliciente el aspecto festivo. Generalmente se sigue con interés al principio, pero el espectáculo acaba por resultar monótono y produce cansancio. Hay una baza segura: los actores. Ana Belén,Fernán-Gómez, Camoiras y Juan. Diego lo hacen bien, tienen gracia y están a gusto en su papel. Otro mérito indudable: La corte de faraón alcanzó el éxito de público que otras películas españolas de 1985i como Extramuros, La vieja música o Luces de bohemia no consiguieron.